El aeropuerto de Palma marcó este sábado un nuevo récord de actividad: según informó el ente público que gestiona el espacio aéreo español, Enaire, en un solo día Son Sant Joan atendió 1.054 operaciones de aterrizaje y despegue. Algo así como un vuelo cada 83 segundos, una actividad frenética dentro de un verano frenético: según las previsiones del aeropuerto, entre marzo y octubre de este año la terminal y la torre de control moverán 150.970 vuelos, una media de 714 al día, que este sábado fueron un 30%, para llegar a ese máximo histórico de 1.054 operaciones.

Si se cumplen las previsiones, esta temporada el aeropuerto de la isla, en la que residen 869.000 personas, atenderá a 26,4 millones de pasajeros. Y eso es lo nunca visto: supone un incremento de actividad del 16,5% respecto al verano pasado, que ya fue el más intenso vivido por el aeropuerto. Hasta ahora. El récord de este sábado, durará poco: la nueva marca supera los 1.036 movimientos del anterior máximo, que fue el sábado anterior, día 10 de julio, pero el techo se volverá a romper esta semana y, sobre todo, la siguiente, cuando en el tránsito del mes de julio al de agosto se esperan registros de movimientos sin precedentes, dificultados encima por el impacto de la huelga convocada por los pilotos de Air Europa entre los días 30 de julio y 2 de agosto.

La protesta de los trabajadores de la aerolínea no será el único problema. Ya al principio de la temporada en la torre de control de Son Sant Joan advirtieron a Diario de Mallorca que el aeropuerto está a límite de su capacidad operativa. Lo documentaban con dos datos: el plan director del aeropuerto detalla que la torre de control está dotada para atender 66 operaciones por hora, pero ya el año pasado registraron 87 por hora, y esta vez el ritmo es, si cabe, más insostenible, pues los picos de actividad se prolongan más en el tiempo, tal como reconocen en Enaire.

Este fin de semana es perfecto ejemplo: una torre de control dotada de profesionales para trabajar con 66 operaciones por hora atendió 1.054 operaciones en un día, con horas en las que se superaron las cien, según confirman los controladores, que hace ya varios veranos que trabajan a un ritmo endiablado. Y avisan: si ocurre algo que se salga del guión, cualquier emergencia o imprevisto medianamente importante, "podemos encontrarnos con que en la torre no podremos asumir todo el tráfico aéreo programado".