La Selectividad son días de nervios, el último esprint tras el maratón de dos años de curro intenso que es el Bachillerato. Son unas jornadas duras, pero en opinión de los estudiantes aquí sí aplica el refranero: más vale Selectividad conocida que reválida por conocer (reválida o lo que sea que acabe implantándose, ya que a día de hoy aún hay mucha incertidumbre).

Un total de 4.213 estudiantes de Balears empezaron ayer las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAAU) en el campus de Palma de la UIB y en distintas sedes de la Part Forana y de las otras islas. Según el calendario de aplicación de la LOMCE, ellos serán los últimos de la Selectividad (los penúltimos si contamos a los que la harán en septiembre).

El próximo año habrá otra prueba, pero el ministerio de Educación aún no ha publicado el real decreto que definirá el nuevo sistema. Además de la reválida de Bachillerato, el ministerio de Educación había abierto la puerta a que cada universidad confeccionase las pruebas propias que considerase oportunas, pero finalmente las universidades que forman parte de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) han acordado que no harán exámenes específicos: "Es de sentido común, imagínate un alumno de Balears que tiene que viajar a cada universidad que le interese para hacer una prueba", razonaba ayer Margalida Payeras, vicerrectora de Alumnos de la UIB.

"Mejor Selectividad que una reválida, yo creo que tenemos suerte", opinaba Paola Brenes, "piensa que nosotros ya tenemos el título de Bachillerato, con eso podríamos por ejemplo acceder a FP, pero si no pasas la reválida no tienes el título de Bachillerato ni nada". Esta alumna del IES Emili Darder y su compañera Ana Marín aseguraban que los compañeros de 1º de Bachillerato "están un poco cabreados". Así lo explicaban mientras merendaban y después de haber pasado uno de los exámenes más cruciales de estos tres días de prueba: el comentario de texto de Lengua Castellana y Literatura. ¿Por qué es tan importante este examen? Porque al ser el primero es el que suele quitar el tapón de los nervios. Luego toda va más rodado.

Los chavales se estrenaron ayer en estas pruebas comentando un texto de la revista National Geographic o un fragmento de El misterio de la cripta embrujada de Eduardo Mendoza. En general, los estudiantes salieron con una buena sensación de esta primera prueba.

"Tenemos suerte de hacer Selectividad todavía", consideraba Joan Bril, estudiante de La Salle: "Los de 1º de Bachillerato el año que viene serán como conejillos de indias, nosotros ya sabíamos cómo iba". El examen que le da más respeto es el de Matemáticas. Quiere obtener una buena nota (hará la parte voluntaria de la Selectividad con la que se puede llegar a obtener hasta un 14) para poder entrar en la doble titulación de Economía y Turismo.

"Hay mucha incertidumbre con la prueba del próximo curso, no sabes cómo sera, en cambio con Selectividad cuando llegas ya lo has tocado con las manos, has hecho modelos", apuntaba Selene Cifre, estudiante de San José Obrero que quiere estudiar Diseño y Desarrollo de Videojuegos en Madrid. Su amigo Pedro Llinàs, que reconocía haber empezado el día bastante nervioso, quiere estudiar Nanociencia y Nanotecnología.

"Igual la prueba nueva será más fácil, pero no saben qué se encontrarán", decía María García, de Madre Alberta. "Nosotros sí conocíamos el modelo de examen", secundaba Miguel Borràs. Ella quiere estudiar Derecho en Madrid, Barcelona o Andalucía mientras que él quiere ser de los primeros en apuntarse a INEF, el grado que el CESAG empezará a impartir el próximo curso.

Maria Fuster también está interesada en unos estudios que hasta ahora no se ofertaban en Balears y que ahora copan todos los titulares: esta bachiller del Ramon Llull quiere estudiar Medicina. Eso sí, aunque va a pelear por lograr la máxima nota posible -"una súper nota"-, ya cuenta con irse a estudiar fuera: en parte porque le apetece pero también porque cree que la oferta de la UIB al final es muy reducida: "Son pocas plazas ya que son 60 que en realidad se quedan en 50 porque se han de reservar varias a alumnos con discapacidad, deportistas de élite, estudiantes de FP...".

Su amiga Laia Costa cree que han tenido suerte de ser en teoría la última hornada de Selectividad porque "vete a saber qué ponen y si lo ponen el próximo curso". Y es que ellas no las tienen todas consigo de que la Selectividad vaya a desaparecer: "Una profesora nos contó que a ella ya le dijeron en su época que iba a ser la última en hacer Selectividad y mira". El examen de Catalán que tienen hoy es al que se enfrentan con más respeto: "La literatura es más amplia y el examen solo tiene una pregunta a desarrollar, te la juegas más".

En total, en estos días en la Universitat se harán exámenes de 27 asignaturas diferentes. Cada uno tiene dos opciones y los estudiantes deben elegir uno. Alrededor de 175 profesores llevan trabajando un año en la organización de las jornadas y en la confección de las pruebas. De cada asignatura se realizan seis modelos posibles. La semana pasada, en estricto secreto, se eligieron por sorteo los modelos de examen que finalmente se pasarán.

La jornada de ayer transcurrió sin incidencias: nada más allá del típico estudiante que entró por los pelos en el primer examen al no haber previsto el también típico atasco de tráfic en el acceso.