Récord en agosto. Como en julio. Como en junio. Como en mayo. Como casi cada mes desde hace años. Mallorca y el conjunto de las Balears avanzan de máximo turístico en máximo turístico, al menos en lo que a volumen de viajeros se refiere. La tendencia que reflejan los datos oficiales del Ministerio de Turismo es tan marcada que ni siquiera los baches más profundos desvían al sector de su camino expansivo. Un ejemplo perfecto es lo ocurrido con Alemania este verano. Cuesta imaginar un palo más grueso para el turismo mallorquín que una caída del 10,7% en la llegada de alemanes a la isla más dependiente de ellos, pero justo eso es lo que pasó este agosto, y pese a ello Mallorca recibió en el mes más caliente el mayor número de viajeros recibidos jamás en un solo mes: 1,75 millones de turistas visitaron la isla, contribuyendo a otro récord, los 2,66 millones de visitantes que aparecieron este agosto en Balears.

El alza es así brutal. Sobre todo en lo que se refiere al turismo extranjero. En agosto de 2010, llegaban a la isla 1.170.000 foráneos, que hoy son ya 1.541.000. Eso son 370.000 almas más paseando por Mallorca en un agosto, tras un crecimiento del 31% en cinco años que alimenta el debate recién abierto sobre la necesidad (o no) de fijar topes a la presión turística. Porque al auge extranjero se suma la recuperación nacional. Este agosto se solazaron en la isla 213.000 españoles, la segunda cifra más alta de la historia estadística, solo superados por los 217.000 de agosto de 2011. La subida del mercado nacional respecto al pasado verano es así del 9%, un incremento que no iguala ningún otro mercado.

Aunque los hay fuertes. Mallorca ha suplido la debacle alemana (luego hablamos de ella), con un fuerte avance en los mercados italiano, francés, portugués y suizo. Sigue sólido también el inglés, el segundo que más clientes aporta, que en un año de libra fuerte se apuntó un ascenso del 1,9% en Balears. Que no en Mallorca: la isla pasó de 409.000 británicos en agosto de 2014 a 405.000 en 2015. Es decir se quedó casi igual. Los alemanes en cambio se desplomaban de 590.060 turistas a 531.270, casi 60.000 alemanes menos compensados por un aumento de los franceses (de 89.000 a 109.000), los suizos (de 47.000 a 55.000), los viajeros de países bajos (de 71.082 a 77.900), junto a italianos, portugueses y austríacos.

El sol de Alemania

La preocupación son así los alemanes. Aunque no tanto. Ayer, la presidenta de la Federación Hotelera, Inmaculada Benito, aludía a que son muy sensibles al precio para explicar su caída. Desde el ministerio ofrecían otra explicación: el número de viajeros alemanes retrocedió un 11% este año, lo mismo que había avanzado el agosto anterior. En el sector también le quitan hierro y matizan que hay una explicación climatológica: Alemania ha vivido uno de los agostos más soleados, con temperaturas altas que han convencido a viajeros de último minuto de hacer más turismo interior. De hecho, dicen los hoteleros, en septiembre vuelve a notarse efervescencia alemana. Con lo que ya saben, el mes que viene, récord de nuevo.