El actual director gerente del hospital de Son Espases, el farmacéutico Víctor Ribot, ha conseguido suscitar una adhesión nunca vista antes. Los 44 jefes de servicio del hospital firmaron ayer una misiva en la que le manifestaron públicamente "nuestro reconocimiento y nuestro total apoyo por su labor como director gerente" del centro sanitario de referencia de esta comunidad.

"Dirigir un hospital como el nuestro no es una tarea fácil y menos en la situación de crisis que sufrimos. Víctor, gracias a sus habilidades de comunicación, a su capacidad de diálogo y a la transparencia en su gestión, ha conseguido garantizar el mejor servicio posible al paciente y ha mantenido unidos a los profesionales del centro a pesar de las dificultades atravesadas en los últimos años", reza la misiva en defensa de esta persona que accedió al cargo en diciembre de 2012 para sustituir al malogrado Juan Sanz, fallecido tras una enfermedad.

"Queremos manifestar también que consideramos que la dirección de un hospital no debe estar relacionada con los cambios políticos, por muy legítimos que éstos sean, sino con los proyectos sanitarios que se están desarrollando, con los resultados de gestión que se obtienen y con la satisfacción y el acuerdo de los profesionales del propio hospital. El cambio continuo de los equipos directivos (5 directores gerentes en los últimos diez años) dificulta enormemente la continuidad de los proyectos hospitalarios y se traduce al final en un peor servicio a los usuarios", continúa la carta.

"Ribot es el mejor director que muchos de nosotros hemos conocido y, por tanto, queremos dirigirnos a los responsables del Govern y de la conselleria de Salut, a los actuales y a los que puedan venir después de las próximas elecciones, para solicitar la continuidad de Ribot al frente del hospital de referencia", concluyen.

El propio Ribot aseguró ayer sentirse "muy agradecido" por el reconocimiento mostrado a su trabajo por parte de sus subordinados y dijo que la fórmula que explicaría su éxito no es otra que "buscar siempre el consenso y dialogar mucho". Por su parte, Javier Ibáñez, jefe del servicio de neurocirugía y uno de los portavoces de este colectivo, resaltó de Ribot su "neutralidad e independencia política que le ha permitido anteponer el bienestar del hospital y de los enfermos sobre cualquier otra consideración. Los puestos de dirección no deberían ser de designación política y un buen gestor tendría que tener estabilidad para dar continuidad a los proyectos comenzados. La llegada de un nuevo equipo directivo supone la pérdida de seis meses hasta que se adapta al cargo", estimó.