La sala del Tribunal Superior de Justicia de Balears que decidirá si dos magistrados de la sección segunda de la Audiencia deben de abstenerse del caso Nóos tardará, todavía, unos días en reunirse. Ayer se admitió a trámite la recusación contra ambos jueces formulada por la acusación popular Manos Limpias y se abrió un plazo máximo de diez días para incorporar una serie de autos y resoluciones sobre el caso que Manos Limpias ha solicitado como prueba documental.

Una vez cumplimentado este trámite, el incidente de recusación será trasladado a una sala del Tribunal Superior que resolverá al respecto.

Manos Limpias ha pedido únicamente la recusación de dos de los tres magistrados escogidos para decidir el futuro procesal de doña Cristina. La acusación popular es la única parte que quiere llevar al banquillo a la duquesa de Palma y también se ha quedado en solitario a la hora de sostener que los magistrados Diego Gómez-Reino y Mónica de la Serna están contaminados porque, en mayo del año pasado, exculparon a la hermana del rey Felipe VI del grueso de las acusaciones del caso Nóos.

El sindicato de funcionarios acusador no ha tachado de parcial al tercer magistrado de la sala de Nóos, Juan Jiménez, que hizo un voto particular a favor de imputar a doña Cristina por todo el caso Nóos.

De ser aceptada la recusación, cosa poco probable, tendría que nombrarse una nueva sala, constituida por Jiménez y dos jueces más de la Audiencia y designarse un nuevo ponente para los 14 recursos formulados contra el auto de fin de instrucción del caso Nóos. Fiscalía anticorrupción, Abogacía del Estado y la defensa de la Infanta se oponen a la recusación y critican la postura de Manos Limpias.