La vida sigue en los centros escolares, que continúan con sus rutinas en un ambiente extraño en el que se mezcla la incertidumbre, la confusión y, entre los detractores del TIL, una alegría contenida: directores y docentes celebran los autos del TSJB contra un proyecto cuya implantación han criticado desde el principio, pero también tienen miedo ante la posible reacción del Govern, ya que dada su determinación a seguir con el TIL no descartan que se vuelva a atrever con un decreto ley o una medida similar para seguir adelante.

Todas las miradas se volvieron ayer hacia los máximos responsables y representantes de la Administración en los centros: los directores. Algunas familias, intranquilas, les llamaron para saber qué iba a pasar con las clases de sus hijos y, en su caso, con los libros de texto. La sala de profesores también preguntó a su director. Y en muchos casos estos quedaron mudos: "No he querido dar ninguna directriz porque no sé qué decir, a mí nadie me ha dicho nada", razonaba una directora de un instituto de la Part Forana con el proyecto TIL sin aprobar, "la consellera nos tiene abandonados".

Los directores se mueven a ciegas e intentan seguir adelante con las clases "aplicando el sentido común y de la manera que sea menos lesiva para los niños y las familias" explicaba Antoni Morante, director al frente de la asociación ADESMA, que lamentaba la "desorientación total" en la que se hallan ante una conselleria muda y sorda ante las peticiones de información que les envían. La asociación celebró ayer una junta en la que manifestaron su intención de respetar las resoluciones judiciales y tacharon de "inaceptable" que Educación "mantenga un minuto más su silencio". Ayer acordaron que cada uno se adaptará a la situación intentando que afecte lo menos posible a las familias.

En los colegios la incertidumbre afecta más ya que el TIL se debía aplicar este curso ya en toda la Primaria. Joana Maria Mas, presidenta de la asociación de directores de Primaria ADIPMA, indicó que de momento se mantienen "con tranquilidad y a la espera". En el caso de su colegio, el Ses Rotes Velles, siguen como el curso pasado ya que aún no tenían proyecto TIL aprobado para éste. Como Morante, abogó por "hacer cambios sin que afecten a las familias" e intentar no modificar los libros de texto.

Mas recordó además que la nueva situación del TIL no solo afecta a cuestiones como los libros, sino también a profesores que han sido designados a según qué centros por tener el B2 y para impartir una asignatura en inglés que quizás ahora finalmente no dé en dicha lengua. De hecho, hay interinos que están aún en lista sin plaza asignada que lamentan que de haberse suspendido antes la aplicación del TIL quizás ahora ya estarían trabajando en vez de alguien que por tener un B2 les ha pasado por delante.

La vida sigue igual en la red concertada

Mientras los colegios de la pública viven este extraño limbo jurídico, en la concertada parece que la vida sigue igual. Desde la patronal mayoritaria, Escola Católica, señalaron ayer que los colegios concertados siguen teniendo, como siempre han tenido, potestad para diseñar su proyecto lingüístico, tal y como marca la Ley Orgánica de Educación en sus artículos 115 y 121, según recordó el presidente de la entidad, Bernat Alemany. "Así que todo continua igual", explicaba. "La titularidad de los centros concertados tiene capacidad para diseñar su proyecto educativo, y dentro de él, su proyecto lingüístico", insistía, "seguimos haciendo enseñanza plurilingüe según el modelo que ha elegido la titularidad de los centros". Las patronales católicas CECE y Escola Católica firmaron un pacto con Educación por el que acataban el contenido de la orden de desarrollo del TIL ahora suspendida, pero en esa orden recordaba Alemany, también se reconocía la potestad para diseñar proyectos a los titulares de la concertada.