El conflicto educativo sigue vivo, aunque menos, como admitió la propia Assemblea de Docents, convocante junto a los sindicatos STEI-i y CC OO de la jornada de huelga de ayer, al admitir uno de sus representantes que el profesorado, al ver que sus protestas y movilizaciones no provocan una rectificación por parte del Govern, se está desanimando.

Sin embargo, en la concentración que cerró la jornada reivindicativa ante el Consolat de Mar y en la que se dieron cita no menos de mil quinientas personas, el portavoz de la Assemblea Guillem Barceló matizó: “No tenemos miedo a recurrir a la huelga. Utilizaremos todas las vías de presión y la huelga es una más. Nos hemos convertido en una piedra en el zapato de este Govern antisocial y antimallorquín”. Desde la Assemblea se recordó que el de ayer fue el 19 día de huelga en el sector educativo en los últimos trece meses.

Asimismo, en la concentración se pidió la dimisión tanto del president José Ramón Bauzá como de la consellera Joana Maria Camps “por liderar un equipo de incompetentes y mentirosos con el que no se puede llegar a acuerdos”, manifestó Barceló, queriendo transmitir con sus palabras el sentir de los docentes.

Interpretaciones aparte, los números cantan: Si el año pasado por estas mismas fechas secundaba la convocatoria de huelga el 91% del profesorado mallorquín que podía acogerse a esta protesta, ayer lo hizo el 58%, según cifras facilitadas por las entidades convocantes, que añadieron que la movilización fue seguida por el 38% del profesorado de Formentera, la otra isla balear que se sumó a esta iniciativa.

Como suele ocurrir en estos casos, los datos del Govern divergieron bastante de los anteriores, ya que Guillem Estarellas, secretario autonómico de Educación, cifró el seguimiento de la huelga en las escuelas públicas de Mallorca en el 19,2% y aseguró que tan solo el 2,3% de los docentes de la concertada la secundaron: mientras que en la patronal Escola Catòlica el seguimiento fue prácticamente nulo, en las Cooperatives d’Ensenyament su president Enric Pozo lo cifraba en un “20% del profesorado con derecho a participar en la huelga” ya que, como se recordará, los servicios mínimos impuestos para la jornada de ayer por la conselleria de Educación fueron, al igual que en convocatorias anteriores y pese a sentencias judiciales contrarias, del 30% de la plantilla en Infantil y Primaria y del 25% en ESO; un hecho que la Assemblea interpretó como una nueva provocación que desautoriza al equipo negociador de la Conselleria.

El PP y el PSIB-PSOE se refirieron ayer también a la huelga. Mientras los populares aseguraron que el seguimiento supone que “los partidos de izquierdas han fracasado en su cruzada contra el trilingüismo en Balears”, los socialistas acusaron a Bauzá de “bajeza moral” por condenar a la comunidad educativa a seguir con el conflicto.

En este sentido, los docentes advirtieron que “el siguiente paso es aguantar hasta el final” pero que como estrategia de protesta para este año han decidido “no hablar tanto del TIL” ya que ahora se centrarán en el hecho de que las reivindicaciones del año pasado siguen sin ser atendidas. El portavoz de la Assemblea Iñaki Aicart recordó que si el conflicto educativo continúa los docentes retomarán la huelga indefinida partir del próximo mes abril, ya con las elecciones autonómicas a la vista. Sobre el hecho de que la Federación de Padres y Madres de Alumnos, FAPA, no secundara la huelga de ayer, Aicart la defendió al asegurar que “entendemos que los padres estén cansados, de que no vean la huelga como la postura más válida, pero nosotros somos trabajadores y la huelga es nuestra herramienta para defender nuestros derechos laborales”. El presidente de FAPA, Vicente Rodrigo, achacó a un Govern “que no ha sabido tender la mano a los docentes” la responsabilidad de un nuevo inicio de curso caliente.