La bonanza turística de Mallorca no es flor de un día. Está para durar. Y la fertilidad no es casual: la isla está sembrando ya las cosechas de los próximos cinco años. O más bien, los touroperadores británicos, nórdicos y alemanes están plantando en Mallorca para recoger frutos y euros de aquí a 2020, hasta ocho años de compromiso en algunos casos, en los que los agentes que controlan las mercados clave de Europa ligarán su destino al éxito de las islas. Su futuro es más que nunca el de Mallorca. Y en su horizonte hay una jardín con 100 millones de potenciales turistas alemanes, británicos y escandinavos con ganas de tomar el sol.

¿Buenas noticias? Pues eso aseguran los empresarios turísticos. Aunque no hay luz sin sombra, explican los hoteleros, que aclaran que los acuerdos a largo plazo dan estabilidad para acometer inversiones y hacer las reformas con las que ya han empezado a disparar sus ingresos con fuertes subidas de precios, pero suponen pagar un peaje: como se pactan mejoras anuales de tarifas fijas y más moderadas, los hoteles pierden margen de negocio en caso de que la isla siga avanzando a velocidad de crucero, como parece que ocurrirá. Es decir, se garantizan ganar durante cinco años, pero quizá eso les suponga ganar un poco menos.

¿Compensa? Los primeros directivos de grupos como Meliá, Viva, Hipotels, HM o Marina Hotels. están convencidos de que sí. De que es el momento de invertir para seguir siendo competitivos el día en el que otros destinos turísticos cercanos vuelvan a la carga. Y esas obras, que exigen siempre gastos que se cuentan en millones de euros, pasan por una financiación bancaria que es más fácil de conseguir con el aval de los touroperadores al lado: "Son contratos ligados a una inversión, que obligan a ambas partes" y conllevan una supervisión constante, aclara Antonio Homar, de Viva Hotels, que aclara que así se abaratan costes financieros y, de paso, se apuntan un triunfo clave: que el touroperador necesite llenar el hotel.

"Los turistas no van a otro lado"

"Es que la mejor noticia en cualquier caso no son las reservas, que van bien, sino que los touroperadores están planificando plazas en las islas. Y eso significa algo importante: que vienen a nosotros y no se van a otro lado. Contratan las plazas y ya sabemos que se van encargar de llenarlas", coincide Xisco Fullana, de Hipotels, satisfecho con una feria que ha supuesto algo poco habitual en los últimos años: negocio. "Este año se está trabajando mucho", respalda Toni Mir, de Cap Vermell y Hyatt.

Tanto se trabaja que raro es el hotelero que no tiene un acuerdo cerrado en Londres que contar. "Eso es una garantía para todos, que implica que Balears genera mucha confianza", analiza Jaime Martínez, director general de Turismo.

Y los hechos le dan la razón. Si algo constata la feria de Londres estos días es que los destinos fiables y seguros son las joyas más codiciadas. Hay pocas, muy pocas en una geografía mediterránea de presente turbulento. Y Mallorca es una de ellas. Un destino en el que confiar, dicen los touroperadores. "Para nosotros Mallorca es clave, por las conexiones y por la tranquilidad que da a los clientes", confiesan en Monarch. Y algo parecido afirman en Tui. O en la compañía que domina todo el norte de Inglaterra, de Leeds hasta el último rincón de Escocia, Jet2.com, touroperadora que programa cada vez más vuelos y más tempranos a Mallorca. ¿Resultado? Magnífico. Lo puede explicar a la perfección Joaquín Caldentey, director general de Marina Hotels, feliz ayer tras haber cerrado en Londres un acuerdo para tres años, ligado a un producto específico y a un precio "muy bueno".

Caldentey introduce en el análisis otra de las claves del éxito mallorquín: la progresiva y acelerada especialización de los hoteles para segmentar mercados con ofertas específicas tales como establecimientos con parque acuático o de atracciones, o negocios diseñados solo para parejas, o para familias, o sin niños. "Los touroperadores buscan especialización", remacha Caldentey. Y especializarse exige invertir. E invertir requiere estabilidad. De ahí que los acuerdos a medio plazo sean buenas noticias tanto para Mallorca como para unos touroperadores que este año "están mucho más agresivos" a la hora de asegurarse reservas con la isla, recalca Toni Horrach, de HM Hoteles. Mallorca está de moda. Sus buenos millones en inversión cuesta.