Los alumnos deben de regresar a las aulas de forma inmediata, y eso es algo que solo se logrará si las dos partes en conflicto, Govern y docentes, demuestran generosidad y buscan un punto de encuentro con cesiones por ambos lados. Esta idea se repite de forma prácticamente unánime cuando se pregunta sobre la posible salida de la actual crisis educativa que se vive en las islas y que ha provocado la mayor movilización en la historia del archipiélago.

A la hora de analizar las causas que han provocado que el actual enfrentamiento entre la comunidad educativa y el Ejecutivo que preside José Ramón Bauzá alcance unas dimensiones tan espectaculares, las opiniones son muy diversas. El abogado Bartomeu Vidal cree que se está reflejando el rechazo ciudadano ante las medidas que parten del ámbito político, una opinión compartida por el presidente de la Federación Hotelera de Mallorca, Aurelio Vázquez, que habla también del malestar social existente ante la crisis y de la politización del contencioso, al igual que el empresario de comercio Pedro Mesquida, el exhibidor de cine Rafael Salas o el galerista Josep Pinya.

Por su parte, la letrada Fanny Pol denuncia que se está "echando un pulso" al Govern y a las políticas que éste llevaba en su programa, al igual que el promotor y presidente de su patronal, José Luis Guillén, que responsabiliza a los profesores de la politización del problema.

El arquitecto Luis Corral advierte que el enconamiento del conflicto se encuentra no tanto en las discrepancias sobre la implantación del inglés, sino en el trato que de esta forma se da al catalán, un factor destacado igualmente por el ingeniero de caminos Carlos Garau. Por su parte, el restaurador y presidente de la Cámara de Comercio, Joan Gual de Torrella, plantea la existencia de dos modelos de educación radicalmente opuestos.

Entre estas opiniones también hay reparto de responsabilidades para las dos partes en conflicto ante la imposibilidad de haber llegado a un acuerdo en la implantación del trilingüismo, aunque en muchos casos se considera que la parte que recae sobre el Govern es mayor, tal y como señalan la restauradora Pilar Carbonell, el médico Miguel Lázaro, o la campeona del mundo de natación sincronizada Marga Crespí.

También el médico y decano de su colegio profesional en las islas, Antoni Bennàsar, achaca a ambas partes los problemas de entendimiento, pero señala al Govern como el protagonista que tiene la responsabilidad de buscar el consenso.

La actriz Cati Solivellas apunta como detonante del enfrentamiento a la incapacidad del equipo de Bauzá de escuchar a los ciudadanos.

Aunque existen numerosos matices a la hora de explicar cómo se ha llegado a un conflicto que ha alcanzado magnitudes desconocidas hasta ahora en las islas, las opiniones se vuelven mucho más coincidentes a la hora de plantear las posibles salidas para acabar con el contencioso. Los términos que se repiten hasta la saciedad son "negociación" y "diálogo".

Porque ni una sola de las personas consultadas pone en duda la importancia que el conocimiento del inglés tiene en la formación de los jóvenes, y muy especialmente en una comunidad turística.

De este modo, independientemente de las cuotas de ´culpabilidad´ a la hora de haber generado el problema, se hace un llamamiento a la responsabilidad de gobernantes y docentes para que encuentren una solución que permita obtener una de las que se consideran máximas prioridades: que los niños puedan regresar a las aulas de forma inmediata para que este problema no termine derivando en un déficit en su formación. Pedro Mesquida no se cansa de repetir la misma frase cuando se le plantea esta cuestión: "No juguemos con el futuro de nuestros hijos".

Luis Corral se suma a estas voces, y recuerda que son los alumnos los que más están sufriendo estas tensiones, por lo que no duda en calificar de "disparate" el que se esté optando por no llevar a los niños a clase. También Carlos Garau califica de "muy grave" lo que está sucediendo en este sentido, mientras que Rafael Salas reivindica que los menores no terminen pagando el precio más alto en este contencioso.

También Cati Solivellas y Marga Crespí señalan esta prioridad, pero matizan que ese retorno inmediato debe de venir de la mano de un acuerdo que solvente las actuales tensiones.

Todos quieren que la normalidad vuelva a los centros educativos, y la vía del diálogo y de la negociación es la que se apunta para conseguirlo. Pero se reconoce también que no es fácil.

Cesiones por ambas partes

La primera condición que se plantea es que ambas partes deben de estar dispuestas a ceder para alcanzar un punto medio. Tal y como señala Bartomeu Vidal, "esto no es un partido de fútbol, y aquí no tiene que haber un ganador". En términos similares se expresa el decano del colegio de médicos de las islas, Antoni Bennàsar, al considerar que "hace falta generosidad por ambas partes, y estoy convencido de que la sociedad balear demostrará su gratitud hacia los que la apliquen en mayor medida".

¿Obstáculos? Se reconocen. Para empezar, José Luis Guillén defiende que el Govern ya ha cedido demasiado y defiende la adopción de medidas urgentes para que Balears deje de tener la tasa de fracaso escolar más alta de España. Además, Fanny Pol y Bartomeu Vidal recuerdan que el Govern se ampara en el programa electoral con que se presentó a las pasadas elecciones.

Luis Corral cree que la principal traba está en el origen del problema, que en su opinión no pasa tanto por el reparto de las horas lectivas de inglés, sino por el recorte de las que se daban en catalán, una tesis esgrimida igualmente por Carlos Garau.

Aurelio Vázquez esgrime que para salir del problema es necesario hacer primero una limpieza y retirar la "capa de politización" que existe, para "volver a centrarnos de nuevo en los aspectos técnicos". Este argumento es defendido también por Josep Pinya, que alega que "el TIL parte de una buena idea que se ha querido llevar mal a la práctica", de ahí la necesidad de reconducir su diseño, mientras que Cati Solivellas defiende que una iniciativa de esta envergadura debe de nacer siempre desde el consenso.

Miguel Lázaro propone un cambio de enfoque en la negociación, y destaca la necesidad de "dejar de lado lo que separa a ambas partes para centrarse en buscar aquellos elementos que hagan viable la aplicación del trilingüismo", al considerar que ésta es necesaria. "Lo que hay que hacer es poner el énfasis en la viabilidad del proyecto", insiste. En este aspecto, Joan Gual reclama grandes dosis de realismo, y advierte de que "el riesgo de hacer algo bueno para lo que no se está preparado es que el resultado final sea malo".

Porque otro de los puntos en los que la coincidencia es máxima es en la defensa de impulsar la enseñanza del inglés entre los alumnos de Balears.

Por ello, cuando se pregunta si el Govern debería retirar su proyecto de Tratamiento Integral de Lenguas (TIL) la respuesta mayoritaria es negativa. El TIL debe de seguir adelante.

El matiz viene cuando se plantea su diseño y los plazos. Y es en este punto donde el Govern se lleva las mayores críticas, ante la opinión de que una iniciativa como esa precisa de medios económicos y de personal de los que no siempre se dispone en estos momentos.

En definitiva, lo que se pide al Ejecutivo de Bauzá no es que tire a la basura su proyecto, sino que se siente con los técnicos a redefinirlo. Luis Corral señala que aunque se argumente la existencia de suficientes profesores para impartir su asignatura en inglés, no todos los alumnos están preparados para ello, de ahí que sugiera iniciar el proyecto con materias más simples. Por ello, cree que es una aberración empezar con las matemáticas en inglés, un argumento que defiende también Marga Crespí, bromeando respecto a que "si ya es difícil entenderlas en castellano, con una lengua que no se domina resulta imposible".

Josep Pinya apuesta por aplicar inicialmente el trilingüismo solo entre los niños más pequeños. En este aspecto, Pilar Carbonell reivindica la necesidad de "empezar la casa por los cimientos", un ejemplo que es empleado también por Miguel Lázaro: "Si comenzamos la casa por el tejado, nos vamos a pasar la vida apuntalándola. Es mucho mejor empezar por los cimientos".

Joan Gual esgrime que la implantación del TIL tiene que estar relacionada con los medios reales de que se dispone y hacerlo de forma paulatina, algo que también señala Pedro Mesquida para evitar que el resultado pueda ser un "desastre". Además, Miguel Lázaro y Cati Solivellas hacen una advertencia: "Pretender implantar el trilingüismo sin el consenso y la colaboración de los profesores, que son los que en las aulas tienen la última palabra, no parece una estrategia muy inteligente".