Una sentencia de la Audiencia de Palma condena a una entidad bancaria a que indemnice a un cliente que perdió casi todos sus ahorros en una inversión arriesgada. El perjudicado, un conocido médico de Palma que en estos momentos es pensionista y que sufre una grave enfermedad (tiene una minusvalía del 84%), perdió 100.000 euros al invertir en unos productos financieros que vendía la entidad Lehman Brothers, que quebró posteriormente provocando millones de pérdidas.

Este ahorrador, según señala la sentencia, tenía un perfil conservador. Al sufrir la enfermedad el médico se había visto obligado a dejar su trabajo. Padece una incapacidad absoluta para ejercer su profesión. Un director del banco se puso en contacto telefónico con este cliente. Le propuso invertir el dinero que había logrado ahorrar. Y le convenció para que firmara un contrato para realizar esta inversión. Se trataba de la compra de valores, en concreto un producto que comercializaba la entidad norteamericana, que ofrecía una rentabilidad a tres años de casi el seis por ciento. El cliente entregó casi todos sus ahorros. Esta inversión se realizó en el mes de julio de 2008. Dos meses despuésLehman Brothers quebró. Los clientes que habían invertido en productos de la entidad perdieron todo su dinero. El banco que hizo esta inversión intentó recuperar el dinero, pero no lo consiguió. En vez de asumir el riesgo de esta ruinosa operación, anunció a su cliente que había perdido todo el dinero. La sentencia de la Audiencia critica con dureza la actuación del representante del banco, que fue quien acudió al domicilio del cliente para que firmara los contratos. Los jueces creen que estos documentos son confusos y no explican con claridad a los inversores qué riesgos corren cuando deciden comprar valores. En este caso los documentos que explicaban los factores de riesgo de la operación fueron entregados en inglés y no en castellano, pero además el perjudicado los recibió semanas después de que la entidad emisora quebrara. A pesar de que el banco ha intentado convencer al tribunal de que su actuación fue de simple mediador, los jueces recuerdan que en el momento de la inversión ya existían rumores en los mercados financieros de la difícil situación económica que padecía la entidad norteamericana. Ello no fue un impedimento para convencer al cliente que asumiera este riesgo.