Los catamaranes de crucero ganan cuota de mercado tanto en chárter como para uso privado. A diferencia de las embarcaciones monocasco, no se inclinan al navegar, tienen menos calado y conceden más privacidad -al disponer de cascos separados, las cabinas son independientes-. El empuje de este tipo de yates se ha puesto en evidencia en la Boat Show Palma.