En el PP de Manacor, y no precisamente Antoni Pastor, suspiran por tener un conseller del Govern de la ciudad. En las últimas semanas algunos dirigentes cercanos a los conservadores manacoris están convencidos de que la buena nueva llegará más pronto que tarde en la figura de Antoni Mesquida, médico, conseller popular del Consell y hermano del ex secretario de Estado de Turismo socialista Joan Mesquida. Saben que la actual consellera de Salud, Carmen Castro, tiene los días contados en el actual Govern y Mesquida es un hombre que inspira confianza a Bauzá. Su nombre ya estuvo en las quinielas para sustituir al polémico Juan José Bestard al frente del IB-Salut. El pasado jueves un barón del PP de Manacor se refirió a Mesquida en Palma como "el conseller inminente". Es un hombre de talante dialogante, con gran experiencia y reconocimiento como médico de familia, exgerente del hospital de Manacor, fundador de la ONG Llevant en Marxa y concejal popular durante la pasada legislatura. Mesquida solo tiene un nubarrón en su hoja de servicios: fue un efímero edil del PSOE de Manacor durante sus juventud, varios años antes de realizar el viraje ideológico hacia los tratados conservadores. Los populares consultados están convencidos de que su pasado socialista no será ningún inconveniente para que Antoni Mesquida se pueda subir al coche oficial de la conselleria de Salud. Los conflictos continuos de Castro con el sector sanitario han provocado que Bauzá y su guardia pretoriana hayan perdido la confianza en ella. Están buscando el momento oportuno y el lugar adecuado para sustituirla al frente de la macroconselleria más importante y con mayor presupuesto del Govern. Fuentes del PP muy bien informadas aseguran que el relevo no se ha producido todavía porque Castro representa la cuota ibicenca en el Govern del PP. El de Marratxí intentará convencer a los de la Pitiusa mayor para nombrar a un mallorquín, y de Manacor para más señas.

El sonoro festejo de cumpleaños de la consellera Catalina Soler

La fiesta del 40 cumpleaños de Catalina Soler, consellera de Medio Ambiente del Consell y exalcaldesa de Felanitx, fue sonora y sigue dando de que hablar. Ayer mi compañero Matías Vallés escribía que en el transcurso de la famosa celebración "floreció el amor primaveral entre dos consellers populares del Consell de labios siameses". Esta revelación disparó, durante toda la jornada, las alarmas, los rumores y las especulaciones en los mentideros políticos mallorquines. Por la tarde, algunos populares ya estaban en disposición de relatar qué ocurrió en la finca campestre de Felanitx donde Soler conmemoró sus cuatro décadas de existencia. Además de "florecer el amor", trascendió que un destacado representante popular dejó sentir su malestar con el president Bauzá por temas como la lengua y por haber dejado sin cargo a gente de peso en el PP. Lo hizo sin esconderse y con el claro objetivo de que muchos de los presentes, como así sucedió, corrieran como galgos a contárselo a la guardia pretoriana del Molt Honorable José Ramón Bauzá. Catalina Soler, el sábado, recibió un obsequio en Sineu después de haber pronunciado una conferencia ante el crítico auditorio de las Nuevas Generaciones del PP, junto a su compañera de gobierno insular Margalida Roig.

Xesc Miralles, hijo político de Antich y alcalde de Algaida, en la recámara

En el PSIB-PSOE ya hay quien busca alternativas por si fallan las expectativas con Francina Armengol. Uno de los mejor situados para coger mando entre los socialistas es el actual alcalde de Algaida, Francesc Miralles. El hijo político de Antich está subiendo como la espuma en la cadena del poder socialista, no en vano consiguió mantener su alcaldía con decoro después de la debacle del PSOE en las últimas elecciones municipales y autonómicas. Incluso no se descarta que Miralles ocupe lugares punteros en las próximas listas electorales autonómicas.