No es suficiente desgracia que te roben el bolso y toda tu documentación, sino que después te incluyan en el registro de morosos porque el ladrón ha utilizado tu documento para comprar un coche, que después dejó de pagar. Esta situación, que teóricamente no debería haberse producido nunca, sí ocurrió.

La víctima ha sido una mujer residente en Mallorca, que vio como su vida se complicó desde el día en que un ladrón le robó un bolso en un viaje que realizó a Madrid. El delito se cometió en 2001 y ese mismo día la víctima presentó una denuncia en la comisaría del barrio de Moncloa.

La Policía no llegó nunca a recuperar la documentación, pero el ladrón, aunque no inmediatamente, sí que la utilizó. En 2002 con este documento se compraron tres vehículos. El delincuente los adquirió mediante un plan de financiación con tres entidades bancarias distintas. Lógicamente dejó de pagar las cuotas para quedarse con los coches.

La víctima se enteró de todo este embrollo porque en mayo de 2002 el empleado de una de las financieras localizó su número de teléfono y le llamó. Le reclamó el pago de las cuotas, sin saber que ella no había pedido el préstamo sino que había sido la persona que le había robado el bolso. La situación se complicaba y la víctima acudió a la Jefatura de Policía de Palma y presentó denuncia.

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