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Opinión

Calvo metió el gusano en la manzana

Los dirigentes de UM han acreditado su capacidad para corromper a diestra y a siniestra. La inefable imagen de 16 manos alzadas del PP votando a favor de Can Domenge en el Consell, se contrapone al entreguismo del PSOE en Emaya, con idéntico resultado en ambos casos. Si Aina Calvo desempeñaba el cargo de alcaldesa de Palma –y cuesta admitirlo, cuando se desentendía de la tercera parte de su presupuesto–, fue ella quien metió el gusano en la manzana.

La persecución penal debería ser una preocupación menor para un político. Jaleada como la alcaldesa inmaculada, Calvo ha de explicar por qué se niega a votar la investidura de Miquel Nadal atendiendo a cuestiones éticas –por encima del imperativo de su partido–, y a continuación entrega Emaya a lo peor de UM sin el mínimo control. Sólo concreta la denuncia en el último semestre de su mandato, y hurta como de costumbre la rendición de cuentas a los contribuyentes.

Abandonar es etimológicamente "dejar en poder de alguien". Si una alcaldesa no es responsable inmediata del suministro de agua y de la limpieza, ¿en qué cree que consiste su cargo? El socorrido carril-bici no sirve ni como un mal chiste. La confesión del arrepentido rubrica la Palma más sucia de su historia, en demasiados sentidos.

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