Hoy es un día marcado en rojo para la medicina balear ya que se conmemora el 25 aniversario del nacimiento del primer bebé fecundado in vitro y que situó a esta comunidad como la segunda del país en lograr este hito. A las 21,45 horas de aquel 2 de agosto de 1986 Florencia Gómez dio a luz a Rafael Coronado, un niño que pesó 3,150 kilos y midió unos 50 centímetros, que fue fruto de la primera experiencia de reproducción asistida practicada en las islas por el CEFIVBA, el Centro de Fecundación In Vitro que ahora está ubicado en la Clínica USP Palmaplanas. El ginecólogo y director médico del centro, Bartolomé Darder, fue uno de los médicos que estuvo en la sala de partos aquel señalado día. Hoy recuerda aquellas horas con intensa emoción. "Fue un parto con cesárea que se desarrolló sin ninguna complicación", rememora el doctor con una sonrisa dibujada en su rostro.

"Las técnicas de reproducción asistida tenían que ofrecerse en Mallorca porque las parejas estériles se veían afectadas por el problema de la insularidad. Irse a la península les suponía un gran sobrecoste", apunta el ginecólogo. El embarazo, señala, fue posible gracias a la iniciativa de siete profesionales: dos ginecólogos, dos expertos en embriología, un andrólogo, un técnico en ecografías y una psicóloga. Darder remarca que el apoyo psicológico a las parejas es fundamental ya que se viven momentos de intensa angustia al desear un embarazo que no viene o al tener que someterse a unas técnicas que requieren un tratamiento médico. Fue en noviembre de 1985 cuando Florencia Gómez, casada con Modesto, logró quedarse en estado. Fueron unos progenitores avanzados a su tiempo y con suerte ya que lograron el embarazo a la primera. Y el niño nació en agosto del año siguiente.

Rafael Coronado sabe que en su fecundación no hubo cigüeñas de por medio, sino que fue fruto de la medicina. Lo relató hace dos años en un reportaje en este periódico. Fueron sus padres quienes, con apenas ocho años, le dieron cuenta de su singular concepción, con palabras claras y comprensibles: "Me explicaron que no podían tener hijos y todo el procedimiento", consistente en esencia en extraer los ovocitos de la fémina para inseminarlos después con esperma de la pareja e implantar el embrión en el útero materno.

Años después lo estudió en clase y, dijo, que los profesores le ponían de ejemplo. De hecho, no le molesta nada la etiqueta de bebé medicina. Además anima a probar a las parejas con problemas de fertilidad. Y es que en la actualidad una de cada cuatro parejas tiene problemas de fecundación y acaba sometiéndose a un tratamiento específico. El resto consigue el embarazo antes de un año. Son cifras del doctor Darder, quien recomienda acudir a un centro de fecundación in vitro si una pareja, con la mujer menor de 35 años, mantiene relaciones sexuales de manera regular cada mes y al año no se ha quedado en estado. Cuando la mujer es mayor de 35, el periodo de tiempo se reduce a seis meses para que los expertos hagan un estudio que permita determinar las causas de la posible infertilidad.

Tasas de embarazo

El ginecólogo explica que la edad de la paciente y la calidad del semen influyen a la hora de determinar las tasas de embarazo en un tratamiento de reproducción asistida ya que la fertilidad cae en picado con la edad. Según sus cifras, un tratamiento realizado a una paciente de entre 20 y 30 años con una buena calidad seminal de su pareja, la tasa de embarazo supera el 50%. En cambio, una mujer de 42 años de edad y con la calidad de semen afectada, el porcentaje es inferior al 5%. En estos casos, recomiendan entrar en el programa de recepción de óvulos de donantes ya que la tasa de embarazo será del 50%.

En las causas de infertilidad, determina el ginecólogo, influye en un 40% el factor masculino, que suele ser un problema de alteración de la calidad seminal. Recuerda que el estilo de vida de nuestros jóvenes ha provocado que la calidad de los espermatozoides cayera en picado. El factor femenino también influye en un 40% de los casos y el problema está ligado con la edad avanzada de las mujeres que quieren ser madres y con la obstrucción de las trompas debido a una alteración de la función ovárica. Y en el 20% restante influyen ambos factores, detalla.

En estos 25 años las técnicas de fecundación in vitro han evolucionado de una "manera espectacular". Lo último, apunta Darder, es la preservación de la fertilidad a las pacientes que deben someterse a un tratamiento oncológico. "Antes de iniciar el tratamiento, obtenemos sus óvulos para que una vez superada la enfermedad pueda ser madre", remarca. Son avances de la medicina, que hoy está de celebración.