Un informe interno de la Guardia Civil sostiene que los terroristas que cometieron el atentado en Calvià, y que provocaron la muerte de dos agentes, instalaron las bombas en los coches como máximo 24 horas antes de que una de ella explotara. Los expertos descartan que los terroristas accionaran el artefacto a través de un mando a distancia, por lo que no se encontraban en las proximidades del cuartel de Palmanova cuando se produjo la explosión

Son muchas las incógnitas que rodean aún este primer atentado mortal ocurrido en Mallorca. Todavía no se sabe la identidad de los terroristas que cometieron el doble asesinato, ni tampoco se conoce desde qué fecha se habían instalado en Mallorca, ni qué personas pudieron facilitarles información para llevar a cabo el atentado. Lo único que conocen los investigadores es el tipo de bomba y el sistema de detonación que utilizaron los miembros de ETA, un sistema que complica aún más la labor preventiva que realizan las fuerzas de seguridad.

Hasta poco antes de los atentados cometidos en el año 2009, la banda terrorista había utilizado diversos sistemas para activar las bombas. El detonador solía ser un mando a distancia o un teléfono móvil. Sin embargo, en los últimos atentados, entre ellos el de Mallorca, se empleó un sistema de detonación conocido como AKT. Según detallaba el informe interno de la Guardia Civil, los investigadores habían tenido acceso a la información que manejaban los miembros de la banda terrorista ETA, que señalaba que el nuevo temporizador que se utilizaba se conocía como atzerako kontaketa temporizador (AKT), que traducido significa temporizador de cuenta atrás. Este sistema, según los expertos, proporciona mayor seguridad a los autores de los atentados y es más seguro que los mandos a distancia que se estaban utilizando hasta poco antes. Y, además, tiene la facilidad de que permite una programación desde un minuto hasta 24 horas antes de la detonación, lo que limita la reacción policial.

Servicio de Información

Este informe interno lo suscribía el Servicio de Información de la Guardia Civil e iba encabezado con el título: Nuevo Sistema de Temporización utilizado por ETA. Los expertos en la lucha antiterrorista llegaban a la conclusión de que antes de que la organización lo utilizara en el atentado de Calvià, ya lo había empleado en las explosiones del cuartel de Durango, en Vizcaya, y en el cuartel de Legulano, en Álava, en el que murió asesinado el guardia civil Juan Manuel Puñuel Villalón. El primero de estos atentados se cometió en agosto de 2007 y la siguiente acción terrorista se llevó a cabo ocho meses después. En el mes de julio de 2009 la banda terrorista volvía a cometer un atentado mortal, esta vez en Mallorca, y costó la vida a los agentes Diego Salvà y Carlos Sáenz de Tejada. Los criminales colocaron una bomba bajo un coche patrulla, que estaba estacionado frente al cuartel provisional de Palmanova. La bomba explotó cuando los dos agentes intentaban abrir la puerta del vehículo.

Los expertos antiterroristas siguieron muchas líneas de investigación y se plantearon la posibilidad de que el explosivo fuera accionado con un mando a distancia en el justo momento en el que las dos víctimas iban a entrar en el coche, lo que evidenciaría que los terroristas se encontrarían cerca del lugar del atentado. Sin embargo, el análisis de las pruebas ha demostrado que los hechos no fueron así y que, aunque no se sabe en qué momento se colocó la bomba ni a qué hora estaba programada para que explotara, todo parece indicar que la casualidad quiso que el mecanismo se accionara en el justo momento en el que los dos guardias civiles pretendían utilizar el vehículo.

La bomba, como más tarde se pudo averiguar a través del artefacto colocado en otro vehículo que estaba estacionado en el otro cuartel de Palmanova, y que no llegó a explotar, iba dentro de una fiambrera. El terrorista la dejó pegada bajo el coche y la activó a través de tres interruptores de palanca, que se accionan de izquierda a derecha.

Los expertos llegaron a la conclusión, y así se menciona en el informe interno, que los terroristas seguían en Mallorca en el momento de producirse el atentado, y que aprovecharon el momento de confusión para colocar las bombas en varios locales del Portitxol, que días después explotaron, aunque sin dejar víctimas.