La estadounidense Linda Lantieri conoce algo del sistema educativo español gracias a la experiencia que está pilotando en los colegios SEK. Y aunque no lo hiciera, algo sabría pues "por desgracia" (señala ella), "la educación en todas partes es más o menos igual: no se enseña a manejar las emociones, solo matemáticas e inglés".

–En EEUU el tema de la inmigración en las escuelas ya es algo que viene muy de antiguo, para nosotros es algo relativamente nuevo, ¿qué hacer para fomentar la integración y evitar los conflictos?

- Creo que la educación emocional ayudaría mucho porque los niños aprenden cómo mirar al mundo no sólo desde su punto de vista, sino desde varios puntos de vista. Los niños dicen ´ah, él lo ve así y yo lo veo de otra forma, y está bien´. Y esto es algo que nunca se enseña y lo que pasa es que frente a diferentes puntos de vista el niño normalmente piensa: ´Él está equivocado y yo voy bien´. El aprendizaje social y emocional ayuda a ser capaz de entender qué están sintiendo las otras personas y si esto no lo enseñas sólo podrás captar lo que otra persona está sintiendo si es de tu misma cultura.

– ¿Conoce algo del sistema educativo español?

– Sí, por mi trabajo con las escuelas SEK, donde estamos llevando a cabo una experiencia piloto. Todo es lo mismo en todas partes, por desgracia. Es un problema global, vemos la educación como algo centrado en conseguir que el niño llegue a determinadas marcas en inglés y matemáticas, pero no les enseñamos otras cosas que van a necesitar para ser buenos amigos, compañeros y trabajadores, gente feliz viviendo sus propósitos vitales. Son cosas importantes, no es que las demás no lo sean, pero es que se pueden enseñar las dos.

– En España tenemos una asignatura llamada Educación para la Ciudadanía cuyo objetivo es en principio formar buenos ciudadanos, ¿Existe algo así en su país? ¿Cree que sirven para algo este tipo de materias?

– En EEUU tenemos Educación Cívica, que les enseña que tienen que ser un ciudadano eficaz, contribuir a su país, votar… La intención es que conozcan las reglas. La educación emocional no es lo mismo, tiene otro objetivo, trabaja el interior y ayuda a la gente diferente. Además cuando desarrolles la inteligencia emocional, serás un buen ciudadano, a nivel global, no sólo en tu país.

– ¿Internet está haciendo que pensemos de una manera más rápida, más superficial, que profundicemos menos?

– Es una pregunta difícil, realmente no lo sabemos. Hace falta más investigación para ver hasta que punto la era tecnológica está afectado a los jóvenes en diferentes edades.

– En Balears tenemos el problema del abandono prematuro (una de las tasas más altas de Europa) de los estudios porque muchos chicos dejan de estudiar para trabajar en la industria turística, ¿la educación emocional ayudaría a bajar estas tasas?

–?Definitivamente. La educación social y emocional ayudaría a los jóvenes a tomar mejores decisiones y ser capaces de pensar sobre las consecuencias de sus acciones a largo plazo. También les ayudaría a estar más preparados para el mundo del trabajo al ser más conscientes de sí mismos, capaces de mejorar sus condiciones, ser culturalmente competentes y entender los problemas de los que son diferentes a ellos.

– ¿Cómo afecta al desarrollo de los niños la cantidad de estímulos con los que están creciendo alrededor (véase internet, televisión, videojuegos...)?

– Los niños están desarrollando algunas habilidades positivas como resultado de la era tecnológica en la que vivimos, pero también está suponiendo más dificultad para centrar su atención en algo porque hay muchas cosas que quieren captar su atención: televisión, internet, etc... Por eso es especialmente importante enseñar a los niños educación social y emocional para que puedan ser más conscientes de sí mismos, puedan focalizar su atención. Así partirían de un buen lugar para aprender.

– Lo de la educación emocional y social suena bien, pero estamos en una época de crisis y recortes presupuestarios que no respetan ni a la educación, ¿cómo aplicar este programa con unos recursos limitados?

– Es muy difícil. Tienes que haber un compromiso y no se puede hacer sin recursos económicos. Por eso en España empezamos de a poco en unas cuantas escuelas SEK, pero si se crea un modelo en este país es importante porque se verá cómo hacerlo en otros sitios. Hay que ir de un modelo pequeño a uno más grande.