La Asociación de Familiares de Alzheimer de Mallorca (AFAM) corre el riesgo de desaparecer, según ha reconocido a su presidente, Guillermo Ramón, tras ser expedientada por el Consell Insular, que tiene sobre su mesa una propuesta de sanción por falta muy grave por un valor que puede oscilar entre los 60.000 y los 600.0000 euros. El motivo es que su actual sede no cuenta con los permisos y condiciones exigidas por la legislación para poder actuar como centro de día para los enfermos, pese a que los servicios de inspección afirman que se estaba desarrollando esta actividad.

Según coinciden en señalar el presidente de AFAM y el director de Servicios Sociales del Consell, Jesús Mullor, el problema se genera con el cambio de sede de la citada asociación. Según apunta Guillermo Ramón, el recorte en las subvenciones que se recibían o en el hecho de que no se hayan aprobado algunas de las previstas hicieron que resultara imposible mantener las instalaciones que se habían alquilado en la calle Bartomeu Rosselló Porcel de Palma, un local que ya había sido usado previamente como centro de día.

Ante estos problemas económicos, AFAM optó por trasladarse a unas dependencias mucho más modestas de la calle Fray Juníper Serra que, según señala Guillermo Ramón, se encontraban en malas condiciones y que tuvieron que adecentarse con pocos recursos.

A la hora de explicar estos problemas económicos, el presidente de la asociación apunta el recorte en las ayudas que se conseguían del Govern, que según indica han pasado de 100.000 euros anuales a 37.000 al tener que redireccionar fondos para financiar la Ley de Dependencia, a lo que se suma el no haber conseguido finalmente 30.000 euros más que habían sido "prometidos verbalmente" por el Consistorio palmensano. En cambio, sí se mantiene el convenio por valor de 30.000 euros con el Consell.

Estas dificultades financieras obligaron a AFAM a despedir a algunos de sus trabajadores, y según Guillermo Ramón, una de esas personas presentó una denuncia contra las condiciones de su nuevo local.

Según consta en el acta de inspección, este centro no cuenta con las condiciones arquitectónicas para garantizar la accesibilidad ni de la señalización adecuada, no dispone con baños adaptados para los enfermos, la cocina está abierta y no presenta ninguna protección, la comida se recibe de un catering y no hay planificación de menús, y carece de algunas dependencias para los trabajadores.

Según el citado informe, el problema radica que en esas dependencias se estaba prestando un servicios de centro de día, para el que tampoco dispone de autorización.

Pero el presidente de AFAM niega esa última afirmación, y asegura que el citado local sólo se usa como sede de la asociación y como centro de terapia diurno para los enfermos, aunque se admite que en ocasiones algunos se quedan a comer, para lo que se contrató el citado servicio de catering.

En cualquier caso, afirma que si finalmente se aplica la sanción propuesta, de 60.000 a 600.000 euros, esta organización tendrá graves problemas para poder afrontarla, lo que deja abierta la posibilidad de su desaparición. Para buscar una solución, ha pedido una entrevistas con la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol.

Por su parte, el director de Servicios Sociales del Consell confirma que la inspección vino derivada de una denuncia de un particular y recuerda que el expediente está en su fase de tramitación y que la asociación de familiares de enfermos de alzheimer todavía puede presentar alegaciones.

Sin embargo, subraya que la inspección realizada confirmó que se actuaba como centro de día, y señala lo significativo que resulta que esta asociación haya iniciado ya los tramites para que se la autorice a trabajar como tal.

Jesús Mullor pone de relieve que la legislación debe de ser cumplida por todos, y afirma que su objetivo es que los enfermos reciban un trato adecuado.