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Oceanografía. Especies

El ´vell marí nostro´ se va a Italia

Un vell marí que responde a las características del avistado, y fotografiado, en una cueva mallorquina el verano de 2008 ha sido visto, y también captada su imagen, en otra cueva. Aunque esta vez la gruta submarina está ubicada en la costa italiana, en la reserva marina de Portofino a pocos kilómetros de Génova.

"Sí, ha sido avistado un vell marí en Portofino, que muy bien podría ser el nuestro. Se trata de un ejemplar hembra, como el que tuvimos por aquí. Aquí también le sorprendió un submarinista en el interior de una cueva en el verano de 2008. Y el año pasado también se documentaron avistamientos de la foca", confirma el jefe de recursos marinos de la dirección general de Pesca, Antoni Grau.

El ejemplar sorprendido y fotografiado en una cueva por el submarinista Alvaro Garí en verano de 2008 era una hembra, tanto por las dimensiones de su cuerpo como de su cabeza, en opinión de Joan Mayol, jefe del servicio de Protección de Especies de la conselleria de Medio Ambiente y una de las máximas autoridades sobre esta especie.

"O bien se trata del mismo animal que, despistado, está recalando en otros lugares del Mediterráneo, o podría ser algún otro ejemplar procedente de las costas norteafricanas, donde pudiera ser que les estuvieran atosigando y provocando un éxodo de estos animales", barajó el biólogo.

Animal social

Grau apuntó otra coincidencia. "Parece que le va la marcha. Aquí, en Mallorca, en vez de aparecer en las aguas prístinas de Cabrera, donde además tenía una cantidad impresionante de pescado para alimentarse, lo hizo en la costa de Calvià, muy explotada y con un gran movimiento humano por sus aguas. Y en Italia lo ha hecho en Portofino, una de las zonas costeras más masificadas del litoral transalpino", bromeó Grau.

Ivo Lanaro, el submarinista italiano que vio al vell marí en la cueva de Portofino describió así el emocionante encuentro con el animal: "Por la oscuridad de la cueva y por la distancia que me separaba de él, no podía calibrar exactamente qué era aquella silueta grande que nadaba por encima de mi. Inmediatamente pensé que se trataba de un delfín o, por lo menos, de un pez pelágico de grandes dimensiones. Dejé al grupo que me acompañaba cubriéndome las espaldas como medida de seguridad y le esperé inmóvil durante unos segundos. Luegop empecé a nadar lentamente hacia ella hasta que el animal se percató de mi presencia y, con una gran agilidad, me sorteó nadando a toda velocidad hacia la salida de la cueva. Casi me rozó y pude ver cuando se marchaba que nadaba de espaldas mirándome mientras se impulsaba con sus aletas".

El submarinista italiano, pese a que el encuentro duró apenas unos segundos, asegura en sus comentarios colgados en internet que se trataba de una foca monje de un par de metros de longitud con el vientre de color gris claro. Vittorio Minghini, fotógrafo del grupo de submarinistas, pudo captar parcialmente la imagen del animal nadando en lo que constituyó la prueba irrefutable del encuentro con la foca (a la izquierda de este párrafo).

Este relato no difiere mucho del de Alvaro Garí, el buceador que se topó con el vell marí en Mallorca: "Por sus dimensiones, entre 2,80 y 3 metros, su color blanco y la completa inmovilidad en la que se mantenía, pensé que se trataba de algún tipo de cetáceo muerto. Estaba quieta, relajada, como si estuviera dormida. Cuando me estaba acercando, se giró de repente y me miró con su gran boca abierta. Aunque me sobresalté y me aparté, no mostró una actitud agresiva en ningún momento. (...) Cuando se me acercó un compañero, la foca escapó rápidamente a una gran velocidad. Ya no la vimos más".

La mayoría de los aproximadamente quinientos ejemplares de esta especie en peligro de extinción se encuentran en Mauritania, Marruecos y Madeira. También persisten algunas colonias de estos animales en el Mar Egeo, en Grecia y Turquía. El último vell marí (foca monje, en castellano) de Mallorca fue abatido a tiros hace 52 años por un agente de la Guardia Civil en Cala Tuent. Tras realizar varios avistamientos del animal en los años 2008 y 2009, la conselleria de Medio Ambiente recuperó una vieja ambición: reintroducir esta foca en aguas de Cabrera, la costa de Artà o incluso en el litoral norte menorquín.

Y no se trataba de una quimera. Mayol presenció la liberación de un animal en unas aguas griegas biológicamente mucho más pobres que las baleares.

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