La organización ecologista Greenpeace tiene un pésimo concepto del modelo económico y de desarrollo llevado a cabo en el archipiélago balear en la última década. Por ello, no duda en usar el término "balearización" para definir la destrucción de la zona litoral registrada en muchas otras regiones del país.

En su informe anual Destrucción a toda costa, que cumple esta año su décimo aniversario, Greenpeace concluye que Balears es la región que más costa ha ocupado en esta última década, el 41,4% de su superficie original.

La responsable de Costas de la organización ecologista, Pilar Marcos, especifica que, de todas las islas, Mallorca es la que ha llevado a cabo la "urbanización más salvaje del litoral. Entre 2004 y 2006, en la isla se han urbanizado más de 1.000 hectáreas de territorio virgen costero o, lo que es lo mismo, el equivalente a mil campos de fútbol. Y todas estas actuaciones se han hecho con la excusa de la afluencia masiva de turistas a las islas".

Modelo sol y playa

Pero apostar casi exclusivamente por el modelo tradicional de sol y playa no ha dado un buen resultado al sector turístico, en opinión de Greenpeace. La sobreoferta hotelera de entre diez mil y cincuenta mil plazas ha llevado a la generalización del modelo del todo incluido, que apenas reporta beneficios a otros sectores. Los ecologistas afirman que en 2006 Balears era la comunidad que concentraba el mayor número de plazas hoteleras del país con 300.000 camas.

Pilar Marcos denuncia que en Mallorca había proyectados dieciséis campos de golf y que para el mantenimiento anual de cada una de estas instalaciones deportivas "se necesita el caudal de agua equivalente al consumo de una población de diez mil personas en este mismo periodo de tiempo".

La responsable de Costas de Greenpeace recordó también que el Plan Territorial de Mallorca aprobado en el año 2007 proyectaba 183.000 nuevas viviendas en la isla

El urbanismo desmesurado suele ir asociado a la corrupción política. Y los casos han ido proliferando en esta comunidad. Greenpeace señala que en 2009 eran 79 los escándalos de corrupción detectados y, lo que resulta más grave, dieciocho de los veinticinco imputados ostentaban cargos públicos.

Como soluciones a esta degradación irrefrenable del litoral, Pilar Marcos apuesta por mejorar la educación ambiental y apostar por un turismo y una pesca sostenible en la costa. "Es fundamental identificar claramente qué zonas son las más sensibles y débiles para mantenerlas y protegerlas adecuadamente, sin descartar la creación de nuevas reservas integrales en el litoral", recomienda.

Para la responsable ecologista, "la Ley de Costas es la única normativa de la que disponemos para proteger el litoral y se está deteriorando por cuestiones políticas. Por eso es muy importante el papel supranacional que juegue la Comisión Europea para proteger los últimos espacios vírgenes del litoral europeo".