Los técnicos son reticentes a la hora de plantear la existencia de zonas en las que el riesgo de degradación de los edificios sea superior, al considerar que cada construcción es un caso independiente, según pone de relieve el decano del colegio de Arquitectos, Luis Corral. Sin embargo, se apunta la existencia de lugares en los que su crecimiento urbanístico coincide con la etapa del ´desarrollismo´ balear, en los que las prisas por entregar el inmueble y el uso de materiales de forjado rápido era más común. Con carácter general, se enmarcan en esa categoría el Ensanche palmesano y muchas zonas turísticas, según señalan los aparejadores Ignacio Martínez y Jaime Gibert, o el arquitecto Antoni Ramis.

Pero, al margen de que la construcción del edificio coincida con los años 50 y 60, también se señala otro elemento como es la capacidad económica de las familias que ocupan la barriada, lo que en muchas ocasiones plantea problemas a la hora de hacer frente a los costes de un mantenimiento adecuado.

A la hora de perfilar espacios en los que estos factores pueden confluir, se citan algunas barriadas palmesanas, como sa Gerreria, por la existencia de muchos inmuebles degradados, ya sea por la falta de recursos económicos de sus propietarios o por tratarse de pisos con alquileres de renta antigua que desincentivan la inversión por parte de sus dueños, que en algunos casos optan por permitir su degradación.

También se recuerdan los casos de Corea y de la zona de Son Gotleu-Pere Garau o del Polígon de Llevant, con numerosos inmuebles levantados en las décadas antes señaladas y con una elevada población de rentas bajas y medias. Igualmente, se destaca el mal estado de algunos inmuebles en la zona de Socors o Missió.

Zonas turísticas

En este grupo se incluyen también algunas de las zonas turísticas desarrolladas durante los años 60, con proyectos en los que se usaban materiales de forjado rápido para poder concluirlos con la mayor celeridad, y se cita como ejemplo la segunda línea de s´Arenal.

En cualquier caso, sin descartar la existencia de problemas similares de carácter puntual en otros municipios, se señala a Palma como la zona más afectada de Mallorca, dado que los desarrollos urbanísticos de los pueblos del interior de la isla se registraron en la mayoría de los casos a un ritmo mucho más pausado, tal y como destaca Jaume Gibert.