La dirección del PP balear se metió ayer ella sola en un brete al ratificar a Rafael Durán como portavoz del partido en el Ayuntamiento de Palma, saltándose su propio protocolo de actuación ante los escándalos de corrupción, que estipula la expulsión –o cuanto menos, la suspensión– de sus militantes implicados en causas judiciales con evidencias de haber cometido un delito.

El empeño en mantener en el cargo a Durán, pese a haber eludido con una fianza la prisión decretada por un juez, choca de bruces con la doctrina propugnada desde hace meses por la presidenta del PP, Rosa Estarás, quien ha dado de baja a otros afiliados con acusaciones menores que las que pesan sobre el concejal palmesano. Estarás también se ha servido reiteradamente de la orden de prisión que pesa sobre el diputado del grupo mixto Bartomeu Vicens –teóricamente suspendido de militancia por UM–, y de la que el parlamentario se ha librado al abonar una fianza de 100.000 euros, como su caballo de batalla contra el Govern de Francesc Antich.

La presidenta de los populares ha acusado en infinidad de ocasiones al socialista de "apoyarse en el voto de la corrupción", en alusión a Vicens –imputado por el caso del polígono de Son Oms–, y ha repetido por activa y por pasiva que expulsaría de sus filas a cualquiera en esas mismas circunstancias. Estarás justificó por ejemplo el hecho de que no se hubieran dictado medidas cautelares de esta índole sobre el ex conseller Josep Juan Cardona –imputado por otro caso de corrupción–, para que continuara militando.

"El PP expresa su absoluto apoyo a Rafael Durán y le mantenemos como portavoz en Palma", anunció Estarás, que quiso comparecer ante la prensa rodeada de la mayoría de la cúpula del partido.

Ahora rechaza comparar

Preguntada sobre la incoherencia de no forzar la dimisión de Durán, estando exactamente en la misma situación procesal que Vicens, la líder del PP se aferró a la "conculcación de derechos fundamentales" que el partido denuncia que se ha producido con la detención policial del edil, para afirmar que "todo este proceso es irregular desde el principio hasta el final, y no estamos de acuerdo" con el mismo. La presidenta emplazó a esclarecer las supuestas irregularidades cometidas por la Policía Nacional durante el arresto de Durán antes de dirimir si el partido toma o no medidas en su contra.

Acorralada por los periodistas, que metieron el dedo en la llaga sobre el incumplimiento de la doctrina establecida por la propia formación, Estarás se despachó con estas palabras: "El señor Vicens sustenta un gobierno, el señor Durán no sustenta nada".

Al recordarle que quien acusa de graves delitos –cohecho y malversación de fondos públicos, entre otros– a Rafael Durán es un magistrado y no ya la Fiscalía Anticorrupción ni la Policía, a los que el PP acusa de estar confabulados con el Gobierno del PSOE para "demonizar y destruir la gestión del Govern Matas", Estarás echó balones fuera: "Yo tengo el máximo respeto a los jueces, la Justicia tiene que hacer su trabajo y cuanto antes pueda esclarecerse la verdad, mejor". Pero siguió aferrándose al "trato vejatorio e inhumano, como si fuera un delincuente peligroso", que según ella se dispensó policialmente a Durán –"denunciamos una nueva Inquisición en España", llegó a decir–, para poner en cuarentena la imputación del concejal y relegarla a un segundo plano.

"En una obra así siempre puede haber alguna irregularidad administrativa, pero hoy Balears y Mallorca están mejor con esta instalación que sin ella", afirmó sobre si creía que la construcción del Palma Arena había sido impecable.