La opción del director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, como cabeza de lista del PSOE balear para las próximas generales ha quedado prácticamente descartada en los últimos días, después de que José Luis Rodríguez Zapatero sopesara los efectos negativos que tendría sobre el equipo de Interior la dimisión de Mesquida de su cargo, según informaron fuentes socialistas. El mismo sábado, dirigentes del partido en las islas seguían convencidos de que la candidatura de Mesquida era un hecho. La pasada semana, sin embargo, Zapatero ya había hecho llegar su mensaje de que deseaba que el político mallorquín continuara al frente de la Policía y la Guardia Civil.

Según fuentes del partido, Zapatero ya había hablado con el secretario general del PSOE balear, Francesc Antich, y estaba prácticamente decidido que Mesquida fuera el candidato. Entonces se planteó el problema de la incompatibilidad, en el sentido de que Mesquida debería dimitir como director de la Policía y de la Guardia Civil cuando fuera designado candidato.

El ministro Alfredo Pérez Rubalcaba consideró que esa renuncia significaba "desvestir a un santo para vestir a otro" y que en Interior no podían hacerse experimentos de este tipo, dado lo delicado del ámbito del que se responsabiliza Mesquida, quien estuvo de acuerdo.

Las previsiones electorales y los últimos atentados de ETA han añadido argumentos en contra de la candidatura del político mallorquín. Según las fuentes consultadas, el PSOE nacional no descarta un empate técnico con el PP en las elecciones generales, que en el caso de Balears se traduciría en cuatro escaños para cada uno de los dos partidos o cinco para los populares y tres para los socialistas. Renunciar en estos momentos a Mesquida como director de la Policía y la Guardia Civil es para Zapatero un precio demasiado elevado para amarrar sólo un diputado más en Balears.

Mesquida estaba dispuesto a ser el cabeza de lista por Balears y así se lo dijo al secretario de Organización del PSOE, José Blanco. Sin embargo, el político mallorquín puso como condición que después no dimitiría como diputado para ocupar un alto cargo, al considerar que no es correcto presentarse a unas elecciones y después dimitir de inmediato. El criterio de Zapatero es que los altos cargos del Gobierno, con excepción de los ministros, no deben ser diputados. La respuesta de Blanco a Mesquida fue que se sopesarían los pros y los contras.