La elección de Rosa Estarás como presidenta del PP balear ha servido para calmar los ánimos en el partido y poner fin a una situación de falta de liderazgo y de interinidad. Estarás se coloca así en el mejor puesto de partida para ser reelegida presidenta del partido en el congreso que celebrarán los populares en otoño del próximo año. Así lo reconocían ayer todos los dirigentes del partido consultados, para quienes con esta decisión se rompe el riesgo de una crisis interna a corto plazo y se atrasa la posible batalla por el control del PP a después de las elecciones. Algunos de ellos, en declaraciones públicas, lo expresaban con claridad: "Esta decisión es evidente que refuerza el partido y si había alguna duda ha quedado despejada puesto que ya contamos con una cabeza visible", afirmó el presidente del PP de Mallorca, Pere Rotger.

Para Jaume Font, vicesecretario general del PP, "lo lógico es que, una vez que Matas dimite, se restablezca la normalidad cuanto antes eligiendo un nuevo presidente". Tras afirmar que la dimisión del hasta ahora líder del PP había sido una "sorpresa", consideró que la elección de Estarás dará al partido "más tranquilidad" para centrarse en su papel de "oposición" y en ganar las próximas elecciones generales, dejando para el congreso las posibles tensiones por el liderazgo.

En esa batalla, no obstante, todos dan por hecho que Estarás será la mejor colocada para salir victoriosa. "Sin lugar a dudas la presidencia del partido la coloca en la mejor situación de cara al próximo congreso", afirmó Rotger. Como uno de los dirigentes que en un momento dado podían postularse en el congreso, "lo cual es lícito", Rotger adelantó que en el caso de que Estarás decida presentarse a la reelección contará con "todo" su respaldo para ello, lo que significa que renunciaría a plantearse tomar las riendas del partido.

Para José Ramón Bauzà, alcalde de Marratxí, el nombramiento de Estarás "refuerza" su figura. "Lo que debemos ahora hacer todos los afiliados y simpatizantes del partido es centrarnos en que la única figura que representa los intereses del PP como cabeza institucional es Estarás", agregó. Se trataba de una llamada a la unidad que también fue el mensaje de Joan Huguet en su intervención ayer ante la Junta Directiva, incidiendo en la necesidad de que la nueva líder cuente con el apoyo de todos.

La derrota electoral del PP balear, con la pérdida de las principales instituciones de las islas, supuso para los populares un duro golpe. Sin tiempo aún para asimilarlo, su líder, Jaume Matas, anunció el 21 de junio su decisión de abandonar la vida política. Para ese día, el malestar en parte del partido por la falta de autocrítica sobre los motivos que les habían arrojado a la oposición ya era creciente. El anuncio de Matas añadió otro jarro de agua fría: los populares se quedaban huérfanos de líder justo en el momento en el que más fortaleza iban a necesitar para afrontar cuatro años de oposición.

Mientras que en Cataluña la dimisión de Josep Piqué se solventaba con un inmediato relevo en la presidencia, en Balears el partido optó por otra vía que dejaba la dirección en una situación de interinidad. Así, Matas mantenía formalmente la presidencia del PP balear, aunque de facto ni siquiera estuviera presente en las islas. Para ejercer este papel, delegó en Rosa Estarás como coordinadora del partido, mientras José María Rodríguez mantenía la secretaría general. Madrid descartó la celebración anticipada de congresos regionales, que se celebrarán en otoño del próximo año, una vez pasadas las elecciones generales. En ese contexto, con una imagen de bicefalia interna entre Estarás y Rodríguez, la ausencia de un líder claro y con unas elecciones generales inmediatas, el malestar en cargos del PP aumenta. De inmediato comenzaron a surgir nombres sobre posibles aspirantes a suceder a Matas y muchos en el partido empezaron a mostrar de manera más transparente su postura crítica. Con la dimisión de Matas como presidente del partido y la elección de Estarás se pone fin a este estado de impasse, a la vez que se frena el riesgo de una crisis inmediata.