En algunos de los casos judiciales con empresas de alquiler de coches implicadas que se investigan actualmente en Mallorca aparecen antiguos presuntos narcotraficantes reconvertidos en poderosos industriales, multinacionales de la compraventa de automóviles sin escrúpulos, misteriosas financieras ligadas a las propias compañías fabricantes de coches y avispados políticos locales, ansiosos de llenar las arcas municipales con las tasas de matriculación. Es un moderno mundo de bucaneros que navega en aguas fronterizas entre lo legal, lo tolerado, lo ilegal y el abuso. La Agencia Tributaria hace bien en poner un poco de orden en este proceloso mar.