Los Reyes llegarán hoy a Mallorca con un fuerte incremento de las medidas de seguridad a causa de la amenaza del terrorismo islámico. Cabe recordar que un informe elaborado por la Guardia Civil ya advertía que la presencia de la Familia Real en la isla multiplicaba las posibilidades de un atentado.

Tal y como informó DIARIO de MALLORCA a principios de este mes, el dispositivo diseñado este año ha incluido la llegada de agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI, antiguo Cesid) para investigar la posible presencia de células de Al Qaeda -aunque se admite la improbabilidad de este hecho-, al tiempo que se ha reforzado el personal de servicios como el Tedax (desactivación de explosivos), submarinistas de la Guardia Civil, geos o vigilancia subterránea (alcantarillado), por citar algunos ejemplos.

El delegado del Gobierno, Ramón Socías, admitió que aunque el plan de seguridad no afectará directamente a los ciudadanos, sí puede hacerlo de forma "indirecta", pero se mostró convencido que este hecho no será considerado como una molestia por los isleños, dado que también va a redundar en su propia seguridad.

En el caso de Marivent, se ha construido un nuevo muro en el frente marítimo y se han instalado baterías antiaéreas.

Además, la zona de exclusión aérea sobre el palacio y sobre el yate Fortuna se ha ampliado a dos millas.

Llegadas

En las últimas semanas, los cuerpos de seguridad del Estado han estado investigando la llegada de personas a Mallorca, con controles sobre los alquileres y las instalaciones de alojamiento turístico.

En concreto, los hoteleros están enviando a la Guardia Civil y la Policía Nacional las fichas con los datos de todos los clientes que se incorporan a sus establecimientos.

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el dato

Los problemas de control en el aeropuerto

Los sindicatos policiales han advertido que el punto débil de la seguridad mallorquina se encuentra en el aeropuerto, ya que la llegada masiva de visitantes durante el verano hace imposible realizar los controles que serían convenientes para detectar la entrada de posibles terroristas.

Desde estas organizaciones se indica que cualquier dispositivo mínimamente riguroso provocaría enormes colas en Son Sant Joan, lo que a su vez generaría las correspondientes protestas desde el sector turístico.