A medida que suma kilómetros, la red de carriles bici de Palma acumula puntos de fricción con vehículos y peatones, baches, giros inesperados y una señalización a menudo confusa. Un crecimiento que en buena medida se ha logrado ganando terreno a las aceras y no a las calzadas, con tramos que no resisten el ancho de un manillar y que complican la coexistencia con los patinetes eléctricos, unos recién llegados que cada vez acaparan más espacio.
LUCA DE TENA - Unos centímetros separan los coches estacionados del carril bici, un riesgo cuando los ocupantes de los vehículos acceden a ellos y abren puertas.
Jaume Pla
A medida que suma kilómetros, la red de carriles bici de Palma acumula puntos de fricción con vehículos y peatones, baches, giros inesperados y una señalización a menudo confusa. Un crecimiento que en buena medida se ha logrado ganando terreno a las aceras y no a las calzadas, con tramos que no resisten el ancho de un manillar y que complican la coexistencia con los patinetes eléctricos, unos recién llegados que cada vez acaparan más espacio.
NICETO ALCALÁ ZAMORA - Un bolardo de plástico colocado en medio del carril bici avisa -y obstaculiza- a los ciclistas de que un árbol asoma.
J.B
A medida que suma kilómetros, la red de carriles bici de Palma acumula puntos de fricción con vehículos y peatones, baches, giros inesperados y una señalización a menudo confusa. Un crecimiento que en buena medida se ha logrado ganando terreno a las aceras y no a las calzadas, con tramos que no resisten el ancho de un manillar y que complican la coexistencia con los patinetes eléctricos, unos recién llegados que cada vez acaparan más espacio.
BLANQUERNA- Uno de los carriles más cuestionados por los usuarios, obligados a esquivar peatones, terrazas, cruces mal señalizados y giros repentinos.
Jaume Pla
A medida que suma kilómetros, la red de carriles bici de Palma acumula puntos de fricción con vehículos y peatones, baches, giros inesperados y una señalización a menudo confusa. Un crecimiento que en buena medida se ha logrado ganando terreno a las aceras y no a las calzadas, con tramos que no resisten el ancho de un manillar y que complican la coexistencia con los patinetes eléctricos, unos recién llegados que cada vez acaparan más espacio.
SON PUIG - El carril bici se despliega sobre la acera y junto a los accesos a las viviendas. Un peligro para residentes, bicicletas y patinetes.
Jaume Pla
A medida que suma kilómetros, la red de carriles bici de Palma acumula puntos de fricción con vehículos y peatones, baches, giros inesperados y una señalización a menudo confusa. Un crecimiento que en buena medida se ha logrado ganando terreno a las aceras y no a las calzadas, con tramos que no resisten el ancho de un manillar y que complican la coexistencia con los patinetes eléctricos, unos recién llegados que cada vez acaparan más espacio.
COMTE SALLENT - Este tramo de acera también es lugar de paso de bicicletas y patinetes que salen de Blanquerna y se dirigen a plaza España.
Jaume Pla
A medida que suma kilómetros, la red de carriles bici de Palma acumula puntos de fricción con vehículos y peatones, baches, giros inesperados y una señalización a menudo confusa. Un crecimiento que en buena medida se ha logrado ganando terreno a las aceras y no a las calzadas, con tramos que no resisten el ancho de un manillar y que complican la coexistencia con los patinetes eléctricos, unos recién llegados que cada vez acaparan más espacio.
PLAZA ESPAÑA - Un punto crítico, lugar de paso de miles de peatones obligados a cruzar un carril apenas visible.
Manu Mielniezuk
A medida que suma kilómetros, la red de carriles bici de Palma acumula puntos de fricción con vehículos y peatones, baches, giros inesperados y una señalización a menudo confusa. Un crecimiento que en buena medida se ha logrado ganando terreno a las aceras y no a las calzadas, con tramos que no resisten el ancho de un manillar y que complican la coexistencia con los patinetes eléctricos, unos recién llegados que cada vez acaparan más espacio.
METGE JOSEP DARDER - También hay puntos de fricción con usuarios del bus en tramos desplegados anexos a las paradas.
Jaume Pla
A medida que suma kilómetros, la red de carriles bici de Palma acumula puntos de fricción con vehículos y peatones, baches, giros inesperados y una señalización a menudo confusa. Un crecimiento que en buena medida se ha logrado ganando terreno a las aceras y no a las calzadas, con tramos que no resisten el ancho de un manillar y que complican la coexistencia con los patinetes eléctricos, unos recién llegados que cada vez acaparan más espacio.
PASEO MALLORCA - Se ha tragado gran parte del espacio para peatones pese a que la calzada suma cuatro carriles para coches.
J.B
A medida que suma kilómetros, la red de carriles bici de Palma acumula puntos de fricción con vehículos y peatones, baches, giros inesperados y una señalización a menudo confusa. Un crecimiento que en buena medida se ha logrado ganando terreno a las aceras y no a las calzadas, con tramos que no resisten el ancho de un manillar y que complican la coexistencia con los patinetes eléctricos, unos recién llegados que cada vez acaparan más espacio.
ROSSELLÓ I CAÇADOR - Motos estacionadas invaden el margen del carril bici, poniendo en riesgo a los usuarios.
J.B
A medida que suma kilómetros, la red de carriles bici de Palma acumula puntos de fricción con vehículos y peatones, baches, giros inesperados y una señalización a menudo confusa. Un crecimiento que en buena medida se ha logrado ganando terreno a las aceras y no a las calzadas, con tramos que no resisten el ancho de un manillar y que complican la coexistencia con los patinetes eléctricos, unos recién llegados que cada vez acaparan más espacio.
JAUME BALMES - No queda más remedio que invadir el carril bici para pagar en el parquímetro de la ORA.
Jaume Pla
A medida que suma kilómetros, la red de carriles bici de Palma acumula puntos de fricción con vehículos y peatones, baches, giros inesperados y una señalización a menudo confusa. Un crecimiento que en buena medida se ha logrado ganando terreno a las aceras y no a las calzadas, con tramos que no resisten el ancho de un manillar y que complican la coexistencia con los patinetes eléctricos, unos recién llegados que cada vez acaparan más espacio.
A medida que suma kilómetros, la red de carriles bici de Palma acumula puntos de fricción con vehículos y peatones, baches, giros inesperados y una señalización a menudo confusa. Un crecimiento que en buena medida se ha logrado ganando terreno a las aceras y no a las calzadas, con tramos que no resisten el ancho de un manillar y que complican la coexistencia con los patinetes eléctricos, unos recién llegados que cada vez acaparan más espacio.