El mallorquinismo puede gritar orgulloso que Luis Aragonés, tan idolatrado por su papel en la selección española y en el Atlético de Madrid, también escribió la página más brillante de la historia del club. Era el entrenador de un Mallorca inolvidable, el de la 2000/2001, que finalizó en la tercera posición de la Liga, solo por detrás del Real Madrid y Deportivo y por delante de un Barcelona que concluyó a ocho puntos de los rojillos. De hecho, pulverizó el récord en los cien años de vida de la entidad, con la friolera de 71 puntos. Solo Héctor Cúper podría arrebatarle el título de mejor técnico, pero en lo que sí coincide la mayoría es que el fútbol que practicó aquel equipo fue el más bonito y efectivo que se ha visto en Son Moix y, por supuesto, en el Lluís Sitjar. Con un equipo de campanillas liderado por el camerunés Samuel Etoo y en el que figuraban hombres como Nadal, Miquel Soler, Engonga, Finidi, Ibagaza y Luque, entre otros, aquel grupo levantó de sus asientos a muchos hinchas. El Mallorca deslumbró al fútbol nacional con un juego rápido, combinativo y con mucha pegada, ya que incluso fue el cuarto más realizador del campeonato, con 61 tantos, pero es que en defensa se mostró también muy solvente, ya que apenas encajó 43, el tercer mejor registro de la campaña.

Aquel curso, además, Aragonés y el por entonces jovencísimo Etoo protagonizaron una escena que dio la vuelta al mundo futbolístico y que fue portada de todos los diarios deportivos en diciembre de 2000. A los cinco minutos de la segunda parte en un duelo en La Romareda ante el Zaragoza, el técnico decidió sustituir al camerunés por Stankovic. El jugador no se lo tomó nada bien y, al pasar por delante del entrenador cuando se dispuso a sentarse en el banquillo, le soltó: “Siempre cambias a los mismos”. Luis, tan temperamental como Etoo, se dirigió al jugador y le zarandeó. Al día siguiente, más tranquilo, Luis explicó el incidente: “Pasó por delante de mí y tiró la botella. Yo le dije: ‘Conmigo no, ¿se entera? Míreme a la cara, conmigo no puede ser’. No he estado a punto de darle un cabezazo de puro milagro”. Etoo quiso quitarle hierro al asunto: “Lo nuestro no es para preocuparse, somos como un padre y un hijo”, dijo. Tras clasificar al Mallorca para la Liga de Campeones, Luis aceptó la oferta de un Atlético de Madrid hundido en el pozo de la Segunda División.

Pero el fútbol siempre depara sorpresas y, en la temporada 2003/04 sustituyó en la séptima jornada al portugués Jaime Pacheco. La plantilla era mucho menos competitiva que en la de su primera etapa, pero consiguió que con el liderazgo de Etoo, que anotó 17 goles antes de dar el salto al Camp Nou, se salvara la categoría con solvencia al sumar 51 puntos y finalizar en la undécima posición. Sin embargo, volvió a abandonar la isla sin posibilidad de renovación porque Luis Aragonés recaló en la selección española. Pero eso ya es otra historia.