El compromiso de suprimir definitivamente del Plan Director de Carreteras de Mallorca la prolongación del segundo cinturón entre la autopista de Inca y la carretera de Valldemossa, junto con la modificación del denominado tramo uno de esta vía de alta capacidad para que el trazado ya aprobado sea menos impactante, ha conseguido desbloquear las negociaciones para un nuevo pacto de gobierno de los partidos de izquierda en el ayuntamiento de Palma.

Si bien el denominado tramo cinco del segundo cinturón, que comunica la autopista de Inca a la altura de Alcampo con la carretera de Valldemossa pasando su trazado entre los núcleos de Son Sardina y sa Garriga, no ha sido en esta legislatura objeto de controversia en el Consell, los ecosoberanistas de Cort quieren un compromiso de que la ejecución de este tramo no se vuelva a plantear a lo largo del próximo mandato.

El caso del denominado tramo cinco de la vía conectora o segundo cinturón, que arranca en las inmediaciones de las instalaciones de CLH hasta el Coll d'en Rabassa es distinto, puesto que se trata de un proyecto que ha sido tramitado en este mandato y ha sido aprobado en el Consell por el PSOE y Més con la abstención de Podemos.

Los ecosoberanistas de Cort reclaman ahora que se retome la solicitud planteada por Modelo de Ciudad del ayuntamiento de Palma cuando el actual alcalde, Antoni Noguera, era responsable de Urbanismo. En síntesis, se plantea la necesidad de que el actual proyecto aprobado que afecta a este tramo sea modificado con el fin de conseguir una solución mucho menos impactante. La propuesta aprobada y que se va a modificar, que en su momento también fue rechazada por la Federació d'Associacions de Veïns de Palma, incluye una serie de aspectos que es necesario reconsiderar, tal como puso de manifiesto ayer el alcalde en funciones de la ciudad, Antoni Noguera en las redes sociales.

El aún alcalde recuerda que, ante las diferentes opciones posibles para este tramo, consistentes en deprimir la vía, mantenerla a nivel o elevarla, se ha optado por esta última solución creando un terraplén de casi un kilómetro elevado a nueve metros de altura sobre el terreno actual.

Asimismo, para la distribución del tráfico local, que debe conectar la autopista con el segundo cinturón, el Coll d'en Rabassa, el Fan Mallorca, la EMT y Mercapalma, entre otros, el proyecto plantea hasta nueve rotondas, por lo que le convierte en una solución "muy complicada" que incluso "dificultará el tráfico local".

En síntesis, no se quiere para Palma, a mediados del próximo mandato, "un nuevo episodio como el de la autopista Llucmajor-Campos, indica Noguera.

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