­Los 33.799 sufragios obtenidos por Més durante la jornada electoral del pasado domingo, su mejor resultado en unas elecciones generales, no le han bastado a la formación econacionalista para conseguir su ansiado diputado con el que dar voz propia a Balears en el Congreso de Diputados.

La fuerte polarización vivida en estos comicios, donde más que nunca se ha votado en clave estatal, ha sido la causante de esta derrota donde todo el mundo preveía una victoria inédita hasta el momento.

Los principales líderes de Més confiaban en el colchón amplio y mullido que suponían los más de 65.000 votos obtenidos en los pasados comicios autonómicos del pasado mes de mayo que les permitió obtener hasta nueve diputados en el Parlament sin presentar candidatura en las Pitiüses.

Y las cuentas salían. Incluso si se tenía en cuenta la más que previsible polarización del voto en unos comicios en los que no solo se votaba ya por el bipartidismo tradicional sino que contaba además con el concurso de dos emergentes y pujantes fuerzas: Podemos y Ciudadanos.

En Balears, como en el resto del país, en las generales se vota diferente a cómo se hace en los comicios locales. Y basta como botón de muestra para sustentar esta apreciación el impensable éxito cosechado por Ciudadanos en las islas, donde un candidato que no contaba con grandes simpatías del electorado finalmente recalará en la cámara de la Carrera de los Jerónimos madrileña gracias al tirón del líder nacional del partido, el más mediático Albert Rivera.

Més contaba con esa tendencia del voto en clave nacional, pero las cuentas seguían respaldando la idoneidad de su postura. Pensaba que algo más de unos cuarenta mil votos serían suficientes para conseguir su diputado en Madrid. Y contaba con un colchón de más de 20.000 sufragios respecto a la última cita con las urnas: La clave estatal podría consumir este remanente de votos y, a pesar de ello, obtener la formación nacionalista el fruto de sus desvelos.

Por eso rechazó la invitación de Podemos para concurrir juntos a los comicios. Y la formación morada le ha acabado comiendo la tostada. En primer lugar, atrayéndose a la Assemblea de Docents, como pudo comprobarse con la marea de camisetas verdes que abarrotaron el Palma Arena en el mitin central de Podemos en Ciutat.

Un mitin en el que Íñigo Errejón no dudó en dirigirse a su público en catalán, en un guiño de los podemitas a los defensores de la lengua de las islas. Un acto electoral en el que el propio Errejón y la portavoz Laura Camargo no dudaron en presumir de camisetas verdes y en elogiar al movimiento del sector educativo que ha sido el causante de la mayor debacle electoral del PP en esta comunidad autónoma.

Con todo, Més se hubiera salido con la suya si le hubiese respondido de la misma manera que en los pasados comicios autonómicos su electorado de Menorca. En Mallorca, los votantes de Més se han mantenido fieles a su formación, pero la debacle sufrida en Menorca y las Pitiüses ha sido el detonante que ha impedido a la formación econacionalista obtener los sufragios necesarios para comprar el billete a Madrid.

No hay que olvidar que los apoyos recibidos el pasado mayo le permitieron obtener tres diputados por la isla roja, pero los menorquines han votado ahora con la mente puesta en otras latitudes y los eivissencs y formenterenses les han dado la espalda una vez más. Pese a que contaban con el poder de arrastre de Podemos, Més no supo contrarrestar sus guiños a lengua propia y a una marea verde un tanto decepcionada.