Macroeconomía

Lagarde se dispone a frenar las subidas de los tipos de interés

Los mercados esperan que el recorte de las reinversiones del programa de compras de emergencia se discuta en la reunión monetaria de este jueves, pero no se verá su eliminación hasta diciembre de este año

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde.

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. / EP

Paula Blanco

Hay cierta expectación en los mercados ante el posible, y tan ansiado, fin de las subidas de los tipos de interés en la zona euro. Los analistas coinciden sin tapujos: el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) mantendrá este jueves tras su reunión monetaria las tasas en el 4,5% y su tasa de depósito en el 4%. Aun así, se espera que el tono de su presidenta, Christine Lagarde, no se afloje. Las previsiones apuntan a un mensaje de Lagarde duro, donde se defienda dejar los tipos altos durante más tiempo. Si se cumplen, sería la primera vez desde julio de 2022 que el BCE no suba los tipos. Por tanto, a partir de ahora la atención de los mercados se centrará en la opinión de los responsables de la política monetaria sobre la actividad económica, que será clave para el calendario de los recortes de tipos. "En estos momentos, los mercados dan por hecho que el ciclo de relajación comenzará en el segundo trimestre de 2024, una opinión que podría consolidarse si el BCE se muestra pesimista sobre las perspectivas económicas", esgrimen los analistas de Ebury.

Para el gestor de carteras en PIMCO Konstantin Veit, el BCE mantendrá los tipos de interés oficiales sin cambios porque "el ciclo de política monetaria ha alcanzado una fase en la que los riesgos de endurecimiento excesivo y de endurecimiento insuficiente están más equilibrados". En la última reunión de política monetaria de septiembre, Lagarde anunció una subida de 0,25 puntos los tipos, pero afirmó que consideraba que las tasas habían alcanzado niveles que "si se mantienen durante un periodo suficientemente largo, contribuirán sustancialmente a que la inflación vuelva a situarse oportunamente en el objetivo. El IPC de la eurozona descendió hasta el 4,3% en septiembre, su nivel más bajo en dos años. El problema es que, además del incremento sin pausa del precio del petróleo, en Oriente Medio ha estallado el conflicto entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza que todavía no saben cómo impactará en la trayectoria general de la inflación. Por esta razón, el economista jefe de AXA IM, Gilles Moëc, cree que "cualquier cambio significativo en la retórica del BCE tendrá que esperar hasta la reunión de diciembre, en la que se presentará por primera vez un nuevo conjunto de previsiones, e incluso entonces, no estamos convencidos de que el Consejo de Gobierno tenga una imagen mucho más clara de la situación".

La propia presidenta del BCE afirmó este miércoles en una entrevista con el medio griego 'Antenna TV' que, si bien el proceso de doblegar la inflación hasta el objetivo del 2% no ha terminado, es positiva sobre la consecución de esta meta a su debido tiempo. "No hemos terminado", resumió la jefa del instituto emisor europeo, y también reiteró su compromiso de control a medio plazo porque la estabilidad de precios es "una misión del BCE". "Debemos monitorizar los precios y salarios, así como los beneficios y demás para determinar dónde residen los riegos", ha explicado. "Pero, por el momento, estoy segura de que estamos en el proceso de llevar la inflación de vuelta al 2%", ha asegurado. Desde Atenas, donde se reúne el Consejo de Gobierno este mes, Lagarde ha indicado que los encargados de la política monetaria deberán prestar "mucha atención" a los riesgos potenciales a la estabilidad financiera, incluida una posible escalada en la guerra librada entre Israel y Hamás desde el pasado 7 de octubre.

Tras un año de incrementos progresivos en 0,50 y en 0,25 puntos porcentuales de los tipos de interés, el BCE parece que está consiguiendo con su cometido. La economía de la zona euro muestra signos de un amplio estancamiento con unos últimos datos del PMI por debajo del mes anterior y una contracción persistente del sector manufacturero. Incluso el sector de los servicios, que había apuntalado el crecimiento del PIB a principios de año, ha registrado su peor lectura en casi tres años (47,8 en octubre) y ya se sientes signos de declive. Mientras en el sector manufacturero ya se están produciendo despidos, en general el empleo en la eurozona avanza hacia un estancamiento. "Estos datos no solo indican la pérdida de impulso, sino que también ponen de relieve la inminente recesión económica mundial", explica el Market Strategist de Natixis IM Solutions, Nicolas Malagardis. Y este conjunto de circunstancias, junto con factores externos como el aumento de los rendimientos de los bonos soberanos mundiales y los acontecimientos geopolíticos, "constituyen argumentos de peso para que el BCE adopte una postura prudente y se abstenga de subir los tipos en la próxima reunión y mantenga un tono globalmente neutral".

Los analistas también coinciden en los movimientos alrededor de las reinversiones del programa de compras de emergencia (PEPP). Creen que hoy se discutirá un recorte anticipado de las mismas, pero "la incertidumbre en torno a la reforma de las normas fiscales de la zona del euro, la reciente inclinación a la baja de las curvas de rendimiento y la ampliación de los diferenciales soberanos de la zona del euro abogan en contra de cualquier decisión importante en la próxima reunión", apunta Veit. "Seguimos pensando que la decisión de poner fin a la reinversión del PEPP llegará probablemente en diciembre como muy pronto", cree Moëc.

"Vemos pocas razones para que el BCE toque su primera línea de defensa contra la fragmentación financiera en un momento de discusiones presupuestarias apuntaladas por una consolidación fiscal limitada y unas previsiones de crecimiento optimistas, mientras sigue sin haber perspectivas de acuerdo sobre las futuras normas fiscales de la zona del euro. No tiene sentido avivar el fuego, y creemos que el Consejo de Gobierno se atendrá al juramento de Hipócrates: "Lo primero es no hacer daño", asume Moëc. A largo plazo, la política de reinversión del BCE también se verá influida por la configuración de un nuevo marco operativo para controlar los tipos de interés a corto plazo, incluido el tamaño de una cartera estructural de bonos. El BCE tiene previsto concluir esta revisión en la primavera de 2024.

Por último, los mercados también descartan una decisión sobre un posible aumento de las reservas mínimas de los bancos, el nivel de fondos que deben mantener obligatoriamente en las cuentas que tienen en sus bancos centrales nacionales. El BCE podría aumentar la cantidad de reservas mínimas exigida a las entidades financieras, algo que reduciría la liquidez en el sistema y los créditos de los bancos. Actualmente, el nivel mínimo se sitúa en el 1% de pasivos específicos, principalmente depósitos de clientes. Los bancos centrales nacionales de la zona del euro pagan generalmente intereses por las reservas mínimas que los bancos mantienen con ellos, aunque desde julio de 2023 no pagan nada. Hasta octubre de 2022, el tipo de interés pagado estaba vinculado al tipo de interés de las operaciones principales de financiació. Posteriormente, se redujo para reflejar el tipo de interés de la facilidad de depósito y en julio de 2023 se fijó en el 0 %.