REGISTRADA EN LA CNMV

Talgo ve "amistosa" y "atractiva" la opa de Magyar Vagon que quiere tumbar el Gobierno

La compañía española, por unanimidad, expresa "una opinión preliminar favorable" sobre el precio, que supone una prima del 14% sobre el cierre de hoy en bolsa

La empresa húngara Magyar Vagon, conformada al 55% por inversores privados y al 45% por el fondo estatal Corvinus, ha registrado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la oferta pública de adquisición (OPA) sobre Talgo. Los inversores del país de Europa del Este valoran el fabricante español de trenes en 619 millones de euros, equivalente a 5 euros por acción, una prima del 14% respecto al precio de las acciones en bolsa de hoy y del 41% respecto al precio medio ponderado de las acciones de Talgo en los últimos seis meses antes de que en noviembre se filtrase la operación.

Esta operación se oficializa un día después de que se conociese la posición de rechazo del Gobierno español. Tal y como desveló en exclusiva ACTIVOS, el vertical económico de Prensa Ibérica, el Ejecutivo planea hacer "todo lo posible" para evitar que Magyar tome el control de Talgo ante las sospechas de que detrás del conglomerado empresarial se encuentren inversores rusos o el propio régimen de Vladímir Putin, según confirmó Óscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Sostenible. Esta supuesta relación ha sido categóricamente desmentida por Magyar Vagon.

El consorcio condiciona la operación, en el documento enviado a la CNMV, a que acepten la venta de sus participaciones el 50% del capital social, algo que tiene prácticamente garantizado porque Pegasus, principal accionista de Talgo, con un 40%, y el vehículo a través del que canalizan su inversión el fondo británico Trilantic y empresarios como Juan Abelló, ha negociado desde el primer momento la opa. De hecho, Trilantic ve "amistosa y positivo" el precio ofrecido de 5 euros por acción, que valora su participación en casi 248 millones. En esta línea, el consorcio húngaro afirma en su documento de anuncio de opa, que el día 6 de marzo remitió una carta al Consejo de Talgo y que este "ha confirmado por unanimidad que la oferta es amistosa y que la contraprestación es atractiva para los accionistas de Talgo".

A través de un comunicado, el Consejo de Administración de Talgo ha respondido a la opa de Magyar. En la nota, el máximo órgano de decisiones de la compañía señalan que "esperará a conocer el folleto de la mencionada opa para poder analizarlo en detalle, principalmente, en base a cuatro cuestiones básicas y esenciales: preservar el empleo y la capacidad industrial en España, mantener la sede y la dirección de Talgo en España, conservar la titularidad de Patentes Talgo, SLU sobre los derechos de propiedad intelectual y patentes y conseguir la mejor opción para todos los accionistas y otros grupos de interés".

En el documento enviado a la CNMV, Magyar garantiza que tiene la intención de "mantener la sede y actividades de Talgo en España, así como el empleo y su relación comercial con Renfe como socio estratégico". Además, los húngaros se comprometen a que "las acciones de Talgo continúen cotizando en las Bolsas de Valores de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia" y hacen constar explícitamente que la oferta no tiene por objeto "la exclusión de cotización de las acciones de Talgo".

Como curiosidad, el documento de la opa recoge que Talgo se compromete a pagar una comisión de ruptura de 3,09 millones de euros en el caso de que prosperase una 'contraopa'. En la nota enviada a los medios de comunicación, Magyar señala que "pretende reforzar la capacidad industrial de Talgo" y que esto permitirá a la empresa española "hacer frente a los relevantes pedidos en cartera y afrontar el crecimiento y la internacionalización de su negocio de fabricación y mantenimiento ferroviario".

Como ha venido informando este periódico esta misma semana, el anuncio de la operación era cuestión de horas. Los rumores de la posible opa se remontan al cuarto trimestre del pasado año. Sin embargo, la situación dio un giro el pasado 8 de febrero, cuando la CNMV suspendió la cotización de las acciones de Talgo. Al día siguiente, Magyar Vagon confirmó que estaba manteniendo "conversaciones y negociaciones" para lanzar una opa, que estaba siendo asesorada por Lazard y Garrigues.

El acuerdo con la banca retrasó la operación

El acuerdo entre los accionistas actuales de Talgo, principalmente el fondo británico Trilantic, y Magyar era firme, aunque quedaba salvar un escollo para cerrar la operación. Los bancos acreedores del fabricante de trenes, más de una veintena, se reservaban varias cláusulas de amortización anticipada en caso de que cambiase el accionariado de la compañía. Para que la opa llegase a buen puerto, los inversores húngaros exigían la renuncia de estas entidades a ejecutar la deuda y el compromiso de que seguirían apoyando financieramente a la empresa. Esta negociación se demoró hasta hace apenas veinticuatro horas, cuando todos los comités de riesgo de los bancos dieron su aprobación.

Desde esta misma tarde que Magyar ha presentado la oferta ante el regulador bursátil, la operación pasa a estar en manos del Gobierno. Además de la autorización de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), habitual en estos casos, el Ejecutivo deberá decidir si aprueba o no el popularmente conocido como 'escudo anti-opas'. Este mecanismo legal deja en manos del Ministerio de Economía y el Consejo de Ministros cualquier transacción en la que un inversor extranjero, aprovechando los bajos precios de cotización de una acción, quiera tomar una participación de más de 10% en una empresa cotizada española.