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¿Por qué el grupo Puig sale a bolsa?

Según el director general de GVC Gaesco, el grupo familiar cuenta con dos características que lo hacen muy atractivo para los inversores: está muy internacionalizado y opera en un sector "que se asimila al lujo y que se paga bien"

Agustí Sala

Puig, como empresa, "lo tiene todo para salir a bolsa", es un comentario que hacen los analistas desde que se conoció el año pasado que exploraba la vía de salir al 'parquet'. Y la compañía ya ha completado el 'pool' de bancos para llevar a cabo la operación con lo que acelera sus planes de entrada en el 'parquet' antes del verano, según ha adelantado 'Expansión'. Se trata de Bank of America, BNP Paribas, CaixaBank, Santander, BBVA y Sabadell, según la misma publicación. La empresa, fiel a su estilo de máxima discreción, ha eludido confirmar o desmentir esta información.

En todo caso, la opción de la bolsa se está abriendo camino con rapidez desde el pasado otoño. Según Jaume Puig, director general de GVC Gaesco, el grupo familiar cuenta con dos características que lo hacen muy atractivo para los inversores: está muy internacionalizado y opera en un sector "que se asimila al lujo y que se paga bien". La compañía cuenta con marcas como Paco Rabanne, Carolina Herrera, Jean Paul Gaultier, Nina Ricci, Dries Van Noten, Penhaligon’s y L’Artisan Parfumeur, entre otras. 

La empresa dio los primeros pasos para esta iniciativa en septiembre pasado tras contratar a los bancos de inversión Goldman Sachs y JP Morgan. La posible cotización del grupo en bolsa será la operación de mayor envergadura en el 'parquet' para una empresa familiar catalana desde la de Fluidra 2007 o de la farmacéutica Almirall ese mismo ejercicio. El grupo de perfumería y cosmética presidido por Marc Puig Guasch registró unas ventas de 3.620 millones de euros.

Los expertos afirman que es un negocio de grandes márgenes y que, con un resultado de explotación (EBITDA) que puede llegar en 2023 (los resultados del ejercicio pasado se presentarán antes de Semana Santa) a los 700 millones, el valor en bolsa de entrada podría situarse en torno a los 8.000 millones, aunque podría superar los 10.000 millones. El mínimo legal para entrar en el 'parquet' es el 25%, según bolsa y Mercados.

Dos aspectos son esenciales para que la operación sea un éxito, según los analistas. Uno de ellos es el precio. Las empresas suelen tener tendencia a apostar por el máximo, así como los colocadores, que van a comisión, pero lo ideal suele ser una franja baja o media para que la cotización cuente con recorrido al alza, explica Puig, de GVC Gaesco. Eso situaría el precio en torno a los 8.000 millones.

Otro aspecto es el gobierno corporativo, que debe ser "claro y sin relaciones cruzadas", para evitar casos como los de Grífols, que ha acabado apartando a la familia de la gestión por los vínculos entre la saga propietaria y la sociedad Scranton, en la que participan. Puig fue de las primeras empresas familiares en pulir la relación entre familia/propiedad y gestión. El presidente es Marc Puig Guasch; y el vicepresidente, su primo Manuel Puig RochaLas cuatro ramas familiares están presentes en el consejo de administración con cinco de un total de 14 vocales. Los otros 8 son independientes y el presidente de Banc Sabadell, Josep Oliu, es consejero ejecutivo en representación del hólding de la familia, Exea. Además, al ser una firma familiar, tiene en su ADN una visión a medio y largo plazo, no cortoplacista. Tanto el actual presidente del grupo, Marc Puig, como su padre, Mariano, fallecido en 2021, fueron presidentes del potente lobi Instituto de la Empresa Familiar (IEF).

Otro aspecto importante es si la operación es a través de una ampliación de capital, es decir, para fortalecer la compañía o es mediante la venta del mismo. En resumen, si entran o salen recursos. Lo habitual suele ser una combinación de ambas. Esencialmente el mercado penaliza cuando son solo ventas de una parte del capital. En todo caso, la entrada de Puig en la bolsa, sin que se superara el 50% para que la familia no perdiera el control, la dirigiría casi seguro hacia el Ibex, donde están las compañías de mayor capitalización.

Los 14 primos hermanos Puig están representados en la sociedad mediante sus respectivas hóldings. Son los Puig Guasch, los Puig Rocha y los Puig Alsina (dos de las ramas coicinden en los dos apellidos). La familia gestiona sus intereses a través de la hólding Exea. José María Puig Planas, el único miembro que quedaba vivo de la de la segunda generación del clan falleció hace una semana.

En origen la empresa la fundó Antonio Puig Castelló en 1914. Casado con Júlia Planas, tuvo cuatro hijos que, a partir de los años 50 del siglo pasado, recogieron el testigo: Antoni Puig Planas, Mariano Puig Planas, Josep Maria Puig Planas y Enrique Puig Planas. Los descendientes, la tercera generación, son lo que actualmente están al frente. Cada rama controla su parte del capital (las participaciones son similares) a través de sociedades: Los Puig Guasch, hijos de Mariano Puig Planas) a través de Cosilium; los Puig Rocha (hijo de Antonio Puig Planas), a través de Maveor; los Puig Alsina (hijos de Enric Puig Planas), a través de Valldan; y los otros Puig Alsina, hijos del recientemente fallecido José Martía Puig Planas, a través de la sociedad Neuquen.

Exea, 'family office' de la familia Puig, pose el 89 % de las acciones, mientras que Puig Gest dispone del 10 % y el 1 % pertenece a socios minoritarios. A través de la hódling familiar, la saga controla compañías como Flamagás, productora de los mecheros Zippo; o los estuches de colores Alpino, además de ser socio con la química Esteve en el laboratorio Isdin.

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