Los bloqueos de camiones en las autovías galas y belgas atrapan a 5.000 camiones con cítricos

Los bloqueos y cortes de carreteras que interrumpen estos días el tráfico de mercancías en autovías de Francia y Bélgica organizados por agricultores de los citados países atrapan ya a unos 5.000 camiones cargados con cítricos de las principales zonas productoras de España (Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía), lo que supone un volumen de 125.000 toneladas, según fuentes del Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la patronal que aglutina a las grandes empresas del sector.

En plena campaña de exportación -los meses de noviembre, diciembre y enero acaparan el 45 % de las ventas de toda la temporada, cuyo 93% se envía a la Unión Europea y Reino Unido- el sector naranjero, así como el del conjunto del sector de frutas y hortalizas, exige a las autoridades de Francia y Bélgica que establezcan corredores seguros para el transporte que garanticen la libre circulación de mercancías.

Fuentes de esta organización empresarial citrícola reconocen que los almacenes “trabajan al ralentí” y se producen retrasos en las entregas a sus clientes, entre los que se encuentran grandes centrales de compras de las cadenas de distribución europeas. Con todo, aseguran que, de momento, “no se han producido problemas de desabastecimiento de cítricos” en las tiendas del continente. Las ciudades francesas que sufren más los bloqueos de sus agricultores son París, Lyon y Marsella, mientras que en otros territorios del país se circula con mayor fluidez que el pasado fin de semana.

La patronal citrícola española comparte los motivos de fondo de los sindicatos franceses pero insiste en que el sector hortofrutícola español también es víctima de la pérdida de competitividad y ausencia de reciprocidad con las producciones de países terceros generada por la política ‘verde’ y de apertura comercial de la UE.

Cooperativas

También las cooperativas de frutas y hortalizas de la Comunidad Valenciana -con Anecoop a la cabeza- sufren los actos vandálicos de los agricultores galos. “Las protestas francesas han afectado puntualmente a las exportaciones de nuestras cooperativas, desde la perspectiva de los retrasos en las entregas que ya estaban en marcha y de las cancelaciones de algunos pedidos por parte de clientes de países del norte, conscientes de la dificultad de que la mercancía llegue a destino”, explican desde la dirección de Cooperatives Agro-alimentàries.

En vista de la situación, las cooperativas han acomodado los ritmos de sus envíos “en la medida de lo posible, ante la incertidumbre existente en Francia". Algunos camiones, explican esta mismas fuentes de Cooperatives Agro-alimentàries, “han tenido percances con los manifestantes franceses, aunque no tenemos constancia de que ello se haya traducido directamente en vehículos abiertos a la fuerza o mercancía echada a perder”, agregan de la entidad presidida por Cirilo Arnandis. 

Pérdidas para el sector

Desde otro eslabón de la cadena agroalimentaria, el del transporte y la logística, la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) ha pedido al Gobierno español que actúe "de manera inmediata" y se preocupe por la situación de los transportistas españoles en Francia, asegura un comunicado remitido por esta entidad. La patronal valenciana FVET, integrada en CETM, exige al Gobierno galo que ponga fin a los actos vandálicos, explica el vicepresidente Juan Ortega. En ese sentido, lamenta que los camiones estén sufriendo ataques en algunos territorios de Francia y Bélgica. Esos bloqueos de carreteras están suponiendo un importante perjuicio económico para el sector del transporte de mercancías por carretera, puesto que Francia también es la vía de salida hacia otros países como Alemania y Reino Unido.

Según CETM, cada día 20.000 camiones cruzan la frontera hacia Francia y las pérdidas estimadas serían de 600 euros al día por camión, lo que supone una cifra global de 12 millones de euros de pérdidas diarias, sin tener en cuenta los daños ocasionados a los camiones que han sido atacados, ni el valor de la mercancía destruida o estropeada.