Calvo desafía la crisis pesquera y proyecta un atunero de 80 metros

Los astilleros gallegos de las rías de Vigo y Pontevedra tienen en construcción, a día de hoy, tres buques pesqueros de capital gallego. Nodosa ensambla en Marín los encargos para las 'joint-venture' malvinas Petrel Fishing y Orion Fishing, participadas por Pescapuerta y Pereira, respectivamente. Se llamarán 'Prion' y 'Argos Berbés'. Armón Vigo está haciendo lo propio en la antigua Barreras con otro arrastrero congelador con el que la armadora Copemar y su socia, también de Malvinas, reemplazarán al malogrado 'Baffin Bay' y podrán dejar de chartear (arrendar) el 'Castelo'.

A estos contratos se incorporará en los próximos meses el de un atunero congelador; el pedido marcará un punto de inflexión no solo por el elevadísimo grado de complejidad de este tipo de pesqueros, sino por las dificultades por las que atraviesa todo el sector.

A la caída del consumo se suman la reducción de márgenes, encarecimiento de la financiación o de costes (energía, aceites o plásticos), una tormenta perfecta que ha hecho tambalear a grupos de la dimensión de Fandicosta, Atunlo o Actemsa. Pero que no ha arredrado a uno de los buques insignia de la industria global de la conserva: la gallega Grupo Calvo ha iniciado los trabajos para proseguir con su objetivo de renovación de flota.

Será un atunero de 80 metros de eslora y 14,5 metros de manga, indicaron a FARO fuentes próximas a las negociaciones. Sus dimensiones superan ligeramente las del 'Monteraiola', asignado a Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipyard) y entregado hace dos años. Faena bajo pabellón español.

Será un atunero de 80 metros de eslora y 14,5 metros de manga

Eso sí, las mismas fuentes apuntan a que el proyecto se ejecutará “con calma” y que el inicio de la construcción no es inminente. Los trabajos de diseño han sido confiados a la oficina técnica vasca Cintranaval, la misma que 'dibujó' el 'Monteraiola' o el también atunero 'Acila', para la armadora omaní Al Wusta Fisheries Industries (Oman Pelagic) y ensamblado en Zamakona. “No hay tanta prisa y es mejor esperar a una mejoría en el mercado”, abundan. Para cuando el equipo de Mané Calvo considere apropiado iniciar la construcción, las tareas de diseño habrán concluido previsiblemente.

La pesca como gran cliente

En cualquier caso, se trata de otra oportunidad para astilleros como Freire, Armón o Nodosa para agrandar su cartera de pedidos y preservar el buen balance de los últimos dos años, durante los que lograron paliar los efectos del colapso de Hijos de J. Barreras y Factorías Vulcano. Y, de nuevo, gracias al tirón de compañías de capital gallego: Rampesca, Pesca Baqueiro, Pescapuerta, Pereira o la propia Calvo han ejecutado sus últimos encargos en el naval de Vigo y Marín, que llevó a cabo además grandes proyectos de renovación de buques de Iberconsa (con el antiguo 'Pescaberbés Dos', por ejemplo), Moradiña ('New Polar', 'Playa de Saraxéns') o Pesquerías Nores ('Villa Marín'). La flota de Calvo está compuesta ahora, de acuerdo a los últimos datos facilitados por la compañía, por siete atuneros, dos mercantes frigoríficos y tres maciceros (o buques de apoyo). La multinacional cerró 2022 con una facturación de 678 millones de euros y más de 100.000 toneladas comercializadas.

El clima actual ha pospuesto otros proyectos de construcción, debido tanto al escenario macroeconómico –subida de tipos, principalmente, y una inflación que ha reducido mucho los márgenes– como administrativo. La decisión de la Comisión Europea de dejar de computar como GT espacios de habilitación de los barcos todavía no es oficial, y las normativas en materia de esfuerzo pesquero y emisiones han actuado de dique de contención para este tipo de iniciativas.

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