Energía

El mapa del boom solar en España: tres CCAA acaparan el 80% de todas las nuevas plantas

El sector fotovoltaico registró en 2022 el mejor año de su historia con un acelerón de nuevos parques solares, pero con una expansión desigual: seis regiones no instalaron nada o casi nada y tres concentraron más de tres cuartas partes.

Fotovoltaica.

Fotovoltaica. / Iberdrola

David Page

El sector fotovoltaico registró en 2022 el mejor año de su historia con un acelerón de nuevos parques solares, pero con una expansión desigual: seis regiones no instalaron nada o casi nada y tres concentraron más de tres cuartas partes.El pasado fue un año récord para el sector fotovoltaico español. La entrada en funcionamiento de nuevas plantas solares se aceleró hasta registrar su máximo histórico como parte de la avalancha de nuevas instalaciones de energías renovables para la que se prepara España en los próximos años (décadas, en realidad) para impulsar y hacer posible la ineludible descarbonización de su economía.

España instaló el pasado ejercicio 4.701 megavatios (MW) de nueva potencia fotovoltaica en plantas en suelo (sin incluir los datos del boom del autoconsumo), con un crecimiento de casi un 25% frente a los 3.500 MW incorporados en 2021, consolidando así el pasado año como el mejor de la historia del sector, según los datos del informe anual elaborado por la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).

En pleno aluvión de puesta en operación de nuevas plantas solares el ritmo es muy desigual por comunidades autónomas. Mientras que durante el año pasado hasta seis regiones no instalaron nada o casi nada de nueva potencia fotovoltaica (Madrid, Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra), fueron tres las que consiguieron acaparar algo más del 80% de toda la nueva capacidad de parques, con 3.778 MW en conjunto.

Extremadura (1.467 MW), Andalucía (1.186 MW) y Castilla-La Mancha (1.125 MW) lideraron el despliegue efectivo de nuevos parques solares en el año del boom, y lo hicieron con mucha diferencia en relación a las siguientes comunidades que sumaron nuevas instalaciones enchufadas a la red y empezaron a producir: Castilla y León (412 MW), Aragón (307 MW), según los registros combinados de UNEF y Red Eléctrica de España, el gestor del sistema eléctrico español y de la red de alta tensión.

Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha son tradicionalmente las tres regiones con mayor presencia de energía fotovoltaica (concentran en torno algo más del 60% de toda la potencia acumulada de plantas de suelo, con 12.532 MW del total de 19.864 MW que había en España al cierre de 2022). Pero el acelerón del año pasado ha servido para reforzar su liderazgo y ampliar la brecha.

Desde el sector solar nacional se confirma que las tres regiones son las que concentran mayor actividad de las energéticas volcadas en la fotovoltaica por sus características de mayor número de horas de insolación y por la extensión mayor del territorio rústico que puede reconvertirse más fácilmente para la explotación energética. Pero también se apunta que en las administraciones de las tres regiones llevan tiempo mostrándose mucho más ágiles que la mayoría del resto de regiones en el proceso de tramitación y en el impulso del negocio solar.

La avalancha que viene

El despliegue acelerado se mantiene también este ejercicio. Según las cifras internas que maneja la patronal fotovoltaica, durante este año el sector ha desplegado unos 2.300 MW de nueva potencia hasta agosto, y desde UNEF se da por hecho que “fácilmente” ese dato podrá duplicarse hasta final del ejercicio, con lo que se conseguirá prácticamente empatar con el récord del ya histórico 2022.

El Gobierno remitió el pasado junio a la Comisión Europea un borrador de la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), la hoja de ruta española para impulsar las energías limpias y avanzar hacia la descarbonización de la economía hasta 2030. El texto, que aún debe ser refrendado por la UE, contempla el objetivo de llegar al final de la década con un total de 57.000 MW de plantas fotovoltaicas de suelo, lo que supone instalar unos 29.600 MW adicionales en relación a la potencia actual y ejecutar inversiones por 20.700 millones de euros.

Actualmente hay proyectos fotovoltaicos en distintos grados de madurez de la larga tramitación administrativa que ya superan ese objetivo de potencia adicional necesaria para alcanzar el objetivo del PNIEC. Del total de 68.000 MW en proyectos renovables que se preparan en España y que ya han pedido permisos administrativos y están en la carrera por conseguirlos, en torno a 53.000 MW corresponden a proyectos fotovoltaicos. No todos los proyectos superarán todos los hitos administrativos, en cualquier caso, y el conjunto del sector aún debe superar los problemas de acceso a la red en zonas saturadas y el atasco que viene para la construcción de todos los proyectos.

Ocupar un 0,38% del suelo agronadero

El boom de nuevas renovables se está topando en España con un problema de rechazo social por el temor de los vecinos al impacto en los territorios del despliegue de todos esos proyectos. Y el sector de las energías verdes también se enfrenta a críticas por el miedo a que el uso de terrenos para plantas solares o eólicas suponga un recorte de las extensiones dedicadas a labores agroganaderas. Desde la patronal UNEF se niega la mayor.

“Tenemos territorio. Cumplir los objetivos del PNIEC no supone una incompatibilidad de los usos agrarios. Si se hacen todos los proyectos necesarios para alcanzar las metas del plan, sólo sería necesario utilizar el 0,38% de todo el terreno agroganadero español. Se puede seguir instalando fotovoltaica y desarrollar a la vez los cultivos agrícolas”, subraya el director general de UNEF, José Donoso. “Contra la demagogia, matemáticas”.

La expansión del autoconsumo

El boom solar del pasado año no sólo impulsó grandes plantas de suelo, también se fue una realidad para el autoconsumo. La expansión del autoconsumo en España desbordó todos los récords el año pasado. Sólo en 2022 se instaló en el país tanto autoconsumo fotovoltaico como en toda la historia anterior. Las empresas de renovables pusieron en marcha instalaciones en todo el país con una potencia de más de 2.500 megavatios (MW), más que duplicando el despliegue del año anterior y elevando toda la potencia operativa en el país hasta casi 5.250 MW, según UNEF.

Un boom impulsado el año pasado por los altísimos precios de la electricidad hasta máximos históricos y por las subvenciones millonarias con cargo a los fondos europeos. Pero tras el crecimiento fulgurante del año pasado, ahora el despliegue ha empezado a ralentizarse. Desde la patronal fotovoltaica se alerta de una caída “dramática” de las instalaciones de autoconsumo en viviendas, mientras que aún continúan a buen ritmo el despliegue en industrias y comercios.

Y es que los particulares, según el análisis de UNEF, han perdido la percepción de que los precios de la electricidad siguen altos (están muy por debajo de los picos de lo peor de la crisis energética, pero también muy por encima en relación a la media histórica) y también se ha extendido la idea de que las ayudas con fondos europeos no llegan al consumidor.

El sector renovable advierte de un gran atasco en la tramitación por parte de las comunidades autónomas de las más de 500.000 solicitudes de ayudas, con algunas administraciones regionales sin sacar adelante las peticiones y generando largas demoras en el reparto efectivo del dinero, acumulándose retrasos de más de dos años hasta el cobro rel de la subvención.