Vida de película

Carlos Ghosn demanda a Nissan por casi 1.000 millones de euros

El estelar ejecutivo de la industria automóvil caído en desgracia devolvió los beneficios a Renault a finales de los 1990 bajo el apodo de ‘el asesino de costes’

El expresidente de Nissan, Carlos Ghosn.

El expresidente de Nissan, Carlos Ghosn. / EP

Andrea López-Tomàs

Todo aquello que reodea a la figura de Carlos Ghosn es cinematográfico. El estelar ejecutivo de la industria automóvil caído en desgracia devolvió los beneficios a Renault a finales de los 1990 bajo el apodo de ‘el asesino de costes’. Cuando salvó a Nissande una inminente bancarrota a la entrada del siglo, lo bautizaron ‘Mister Arreglalotodo’. En 2018, fue detenido en Tokio acusado de fraude y evasión fiscal. Unos meses después, escapó en una huída de película en la que participaron 25 personas, un jet privado y una caja con agujeros para respirar. Aterrizó en el Beirut de sus ancestros, desde donde intenta limpiar su nombre por todo lo alto. Ahora, el magnate, de 69 años, ha demandado a su antigua empresa por 1.000 millones de dólares (938 millones de euros al cambio actual).

Fue el autor del mayor acuerdo de empresas automovilísticas del mundo con la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. Sus éxitos empresariales y su reconocimiento mundial no le impidieron que el 30 de diciembre de 2019 cruzara el globo metido en una caja para instrumentos musicales. Estos días su nombre ha vuelto a ocupar titulares, sobretodo en el Líbano. Ghosn lleva en el país del que es originaria su familia desde su huída. El Líbano no tiene ningún tratado de extradición con Japón y no extradita a sus ciudadanos. Ante la seguridad del hogar familiar, el magnate del automóvil ha iniciado un nuevo periplo con la justicia contra su antigua empresa para restituir su reputación y no como represalia, tal y como explicó en rueda de prensa en julio. 

Daños y perjuicios

Las audiencias del caso emepzaron estods días en la capital libanesa. Ghosn alega que fue detenido en Japón el 2018 por cargos falsos a causa de lo que considera la información del fabricante de automóviles contra él. Pide la mitad de los 1.000 millones de dólares en daños y perjuicios y la otra mitad como indemnización que incluye el salario, los fondos de jubilación y las opciones de acciones. Ghosn presentó la demanda en el Líbano en mayo contra tres empresas, entre ellas Nissan, y varios cargos de la corporación japonesa por difamación y acusaciones de manipulación de evidencias. Renault y Nissan se han distanciado del escándalo Ghosn, pero el magnate, con ciudadanía libanesa, francesa y brasileña, quiere seguir sacando rédito. 

Este verano, Apple TV+ lanzó una miniserie documental bajo el nombre ‘Se busca: Carlos Ghosn', donde el libanés-francés-brasileño cuenta su historia. Sin posibilidades de salir del Líbano por una orden internacional en su contra, el magnate tiene casos abiertos en Japón y Francia. En el país nipón está acusado de abuso de confianza, uso indebido de los activos de la empresa para beneficio personal y violación de las leyes de valores al no revelar completamente su compensación. Desde que huyó al Líbano saltándose la libertad bajo fianza en el 2019, Beirut ha recibido tres notificaciones de Interpol por órdenes de arresto en su contra procedentes de esos países. En Francia, se enfrenta a una serie de desafíos legales como la evasión fiscal y presunto lavado de dinero, fraude y malversación de activos de la empresa mientras estuvo al frente de la alianza Renault-Nissan.

Preocupado por su reputación

Ghosn es un hombre muy preocupado por su imagen pública, sobretodo tras haber sido considerado uno de los magnates de negocios más destacados del mundo por sus dos décadas al frente de Nissan. “Las acusaciones serias y delicadas” en mi contra “permanecerán en la mente de las personas durante años”, afirmó el ex-CEO en la demanda. “Las sufriré por el resto de mi vida, ya que tienen impactos persistentes, incluso si se basan en por mera sospecha”, constató en el texto presentado. Ghosn considera que el sistema judicial en Japón está “amañado” y “viola los principios más básicos de la humanidad”. Las autoridades del Líbano pueden solicitar la cooperación de sus homólogos japoneses para investigar las afirmaciones del demandante. Aunque no está claro si Japón está dispuesto a colaborar. 

En 2020, el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas concluyó que la detención de Ghosn en una cárcel japonesa durante más de 100 días no fue necesaria ni razonable y violó sus derechos. La decisión de arrestarlo cuatro veces seguidas para extender su detención fue “fundamentalmente injusta”. Ghosn no está dispuesto a dar por terminada su película, así que el mundo será testigo de todos los giros de guión que dará su historia. 

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