Sector naviero

Naviera Armas, de empresa familiar a imperio naviero

Los buques de carga rodada fueron el primer acierto de Antonio Armas Fernández al mando de la compañía, hace ya 50 años

Durante décadas el empresario grancanario trabajó por hacer de la empresa familiar una naviera a la vanguardia

El 'Volcán de Yaiza' en Las Palmas.

El 'Volcán de Yaiza' en Las Palmas. / JUAN CARLOS DÍAZ LORENZO

Lucía Marrero

Corría el año 1973 en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria cuando el joven Antonio Armas Fernández, con tan solo 27 años, asumía la gestión del negocio familiar. Una compañía de transporte naval que transformó, con trabajo y esfuerzo, en un imperio naviero reconocido a nivel regional, nacional e internacional.

La empresa fue fundada por su padre, Antonio Armas Curbelo, en el año 1941 en Lanzarote, isla de la que este era natural. Armas Curbelo empezó este proyecto "con barcos de casco de madera, con veleros puros y motoveleros", embarcaciones dedicadas "al tráfico salinero y de carga" entre las distintas islas del Archipiélago.

Más adelante, el empresario conejero incorporaría "buques de casco de acero y propulsión diésel y máquinas de vapor" con los que logró salir de las Canarias y llegar al Sahara español, colonia del país desde 1884 hasta 1975, donde alcanzó cierto protagonismo.

Empresario naviero y portuario

Armas Curbelo, sin embargo, no trabajaba en solitario. Su hijo Antonio Armas Fernández, interesado desde bien pequeño en el negocio naviero y también portuario, se incorporó a la empresa a finales de la década de los setenta, concretamente en el año 1968, con apenas 22 años.

Desde este entonces, Armas Fernández se dedicó a la gestión de la compañía aunque tuvo que esperar cinco años, hasta 1973, para recoger el testigo "efectivo" de la naviera.

Según el periodista Juan Carlos Díaz Lorenzo, "la empresa atravesaba entonces por una situación complicada. Poseía una numerosa flota de barcos convencionales, con unos costes de mantenimiento elevados y de escaso rendimiento, que generaba pérdidas importantes".

El empresario benjamín se vio obligado a buscar una solución. "Un plan de viabilidad del que salió la necesidad de modernizar la estructura empresarial y acometer un reordenamiento de la flota, lo que implicó el amarre de la mayoría de los barcos algunos de los cuales se vendieron a otros armadores, así como renegociar las deudas pendientes con bancos y acreedores", explica Díaz.

Buques rolones

Otro de sus aciertos fue introducir el cabotaje, es decir, el transporte de personas y mercancías entre distintos lugares de un mismo territorio, en buques de carga rodada en el Archipiélago. Estos barcos utilizan la técnica de carga rodada o "roll-on-roll-of", "rolón" en español, que permite a los vehículos terrestres, como los camiones y coches, acceder al navío por medio de una pasarela tendida desde el muelle.

Armas Fernández era conocedor de la importancia que esta práctica tenía "en el norte de Europa" gracias a sus viajes a "Suecia, Dinamarca, Noruega, Inglaterra e Irlanda" a comienzos de los 70. En agosto de 1973, tras negociar un crédito en divisas, el grancanario compró los buques rolones 'Firlingen' y 'Rolingen' por un valor de 1, 7 millones de coronas danesas cada uno.

El 'Volcán de Tahíche' en el puerto de Santa Cruz de Tenerife.

El 'Volcán de Tahíche' en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. / JUAN CARLOS DÍAZ LORENZO

Las naves fueron rebautizadas en España con los nombres de 'Volcán de Yaiza' y 'Volcán de Tahíche', respectivamente, en honor a Lanzarote, isla natal de su padre, Antonio Armas Curbelo, quien, en un principio, dudaba de la viabilidad de estos buques cargueros por su gran tamaño.

¿Podremos llenarlo algún día?

En ellos, con "sus 82 metros lineales de capacidad", cabían ocho camiones de cuatro metros de altura. Tal y como comenta Díaz, "hoy en día esta cifra puede parecer ridícula, pero entonces era un reto importante". De hecho, "el día de la presentación oficial del buque 'Volcán de Yaiza' en el puerto de Las Palmas, al patriarca de la familia le asaltó una terrible duda que comentó a sus allegados: ¿Podremos llenarlo algún día?", añade el periodista.

Sin embargo, los navíos no surcaron las aguas canarias hasta enero de 1974, pues en un principio, tenían la rampa situada "a la banda de babor" y para adaptarlos a su nuevo cometido fue necesario hacer una obra para situarla "a popa".

Trasmediterránea

La duda de Armas Curbelo sería resuelta poco después, cuando la carga no cabía en sus bodegas. De esta forma, Armas Fernández proporcionó a las compañías canarias un servicio de transporte marítimo "fiable y regular", que impulsó el intercambio de mercancías en el Archipiélago y, por tanto, el desarrollo de las islas no capitalinas.

La labor de Antonio Armas Fernández por la compañía no quedó aquí. En la década de 1990 el grancanario se percató de una nueva tendencia que revolucionaría el mercado y apostó por la incorporación de barcos que combinaban el transporte mixto de mercancías y el de pasajeros. También en estos años, la empresa asentó su denominación como Naviera Armas.

En el año 2002 Armas Fernández se hizo con un 8% de la compañía Trasmediterránea tras su privatización. En 2017 la naviera negoció durante meses con Acciona la compra de más del 90% de las acciones de Trasmediterránea. La operación fue aprobada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia con algunas restricciones y, en verano de 2018, Armas asumió el control de la antigua empresa pública. Se convertía así en la mayor naviera de España con rutas en todos los principales mercados marítimos del estado y dos marcas tan reconocibles como respetadas entre el público.

El esfuerzo y la dedicación que Antonio Armas Fernández destino durante décadas a la empresa familiar con el objetivo de verla crecer le fueron reconocidos con la Medalla de Oro de Canarias 2021, un año antes de su fallecimiento.

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