Mariona ya está en Mallorca

La flamante campeona del mundo recibe un emotivo recibimiento a su llegada a Palma 

Familiares, amigos y la alcaldesa de Felanitx felicitan a su nueva heroína 

«Mi plan es ir mucho a la playa y estar con los míos», afirma

Cristòfol Capó

Sin poder ocultar el cansancio de tantas horas de viaje y celebraciones, apareció Mariona Caldentey por la puerta de llegadas del aeropuerto de Son Sant Joan feliz por la gesta lograda, nada menos que un título mundial, pero, sobre todo, por ver de nuevo, y tras más de un mes en las antípodas, a los suyos, a sus seres estimados. A su madre Maria Oliver y su hermano Miquel Àngel, que habían pisado la isla por la mañana tras un largo viaje; a sus tías Antònia y Pilar; a sus primos Xisca, Àlex, Guillem, Aina y Pau y a sus amigas, que la recibieron con pancartas en las que se podía leer «enhorabona Mariona» o «benvinguda campiona, t’estimam». Su abuela Francisca no fue a recibirla por lo tardía de la hora de llegada. Al recibimiento a la campeona no asistió ningún representante de la Federació de Fútbol de les Illes Balears (FFIB).

A diferencia de su compañera en el Barça y la selección Cata Coll, que prefirió viajar a Ibiza para celebrar el título, Mariona ha optado por regresar a Mallorca y estar unos pocos días con sus seres queridos porque el próximo sábado se ha de incorporar a la disciplina de su club para iniciar la pretemporada.

Pieza clave en el equipo del seleccionador Jorge Vilda por su gran versatilidad -dio el pase del gol a Olga Carmona en la final contra Inglaterra y provocó el penalti que falló Jenni Hermoso-, Mariona dijo que llegaba a Mallorca «contenta y muy feliz, pero reventada. Tengo muchas ganas de llegar a casa y descansar y mi plan es ir mucho a la playa y estar con mis amigos, con mi familia y disfrutarlo con ellos porque el Mundial ha sido muy guay pero ha sido muy lejos».

Mariona sonríe mientras muestra la medalla de oro conquistada en Sidney. | M. MIELNIEZUK

Mariona sonríe mientras muestra la medalla de oro conquistada en Sidney. | M. MIELNIEZUK / Cristòfol Capó

Mariona, con evidentes ganas de enfilar la carretera hacia Felanitx, se negó a responder a la polémica suscitada con el presidente de la Federación Española Luis Rubiales por el beso en la boca que dio a Jenni Hermoso en la ceremonia de entrega de medallas. «No voy a responder a eso porque es un tema que no me incumbe», dijo como única respuesta.

Rubiales fue de nuevo ayer protagonista a su pesar por el frío saludo con el presidente del Gobierno Pedro Sánchez y las duras palabras hacia el mandatario federativo. Su futuro al frente de la Federación no está muy claro ya que hay convocada una asamblea federativa para el próximo viernes. Además, el Gobierno estudia acudir a la justicia deportiva para apartarle de la presidencia. Tema que queda muy lejos para Mariona, que solo quiere descansar.