Debut de Bellingham, el cisne que Ancelotti quiere convertir en tiburón

Nada es casualidad en el Real Madrid de Carlo Ancelotti. Y que Jude Bellingham debutase compartiendo once titular con Toni Kroos en el histórico Rose Bowl de Pasadena ha sido parte del plan de adaptación del inglés al equipo trazado por el italiano. Jude se había deshecho en elogios con Toni Kroos durante la semana de trabajo en Valdebebas y Carletto habló con el alemán para que le tutelase en su aterrizaje en el vestuario blanco.

Tutelado por Kroos

“Toni es un maestro. Una de las cosas de las que me he dado cuenta es el detalle en el pase. La pelota va a donde él quiere. Solo llevamos una semana, así que es normal que todavía esté afinando con el toque, pero para una persona que le ha visto desde fuera, ahora verle de cerca, es un placer”, aseguró Bellingham en su primera entrevista como jugador blanco para la televisión del club.

De ahí que Ancelotti le escoltase con Kroos, junto a Camavinga y Valverde, en su estreno como jugador blanco. El inglés dejó una grata impresión, confirmando que pese a su edad, 20 años cumplidos hace apenas un mes, es un futbolista con carisma y personalidad en el campo. Bellingham realizó 57 intervenciones, de ellas 46 pases con un 87% de acierto, dos envíos destacados, tres balones en largo que llegaron a su destino, un disparo, cuatro regates, cinco duelos ganados, siete pérdidas y una falta.

Las siete pérdidas esconden, en realidad, lo que Carletto le pidió en su estreno ante el Milan: descaro y personalidad. El técnico del Real Madrid le dedicó unas palabras a la conclusión del choque en Pasadena: “La posición de Jude ha sido buena y ha jugado un buen partido. El equipo debe acostumbrarse a su calidad. Su llegada la tenemos que disfrutar durante la temporada”.

Bellingham jugó de 10 en el rombo que dibujó Ancelotti con Brahim y Joselu por delante. Estuvo muy activo, se movió con criterio y trató de acelerar las jugadas a medidas que se acercaba al área. Dueño de una zancada poderosa, mezcló bien con Brahim, el otro desequilibrador que incluyó en el once el técnico. Jude apareció en la construcción, pisó área con criterio y ofreció soluciones a sus compañeros.

Bellingha, el 'diez' en el rombo

Ancelotti quedó contento con su actuación durante los 60 minutos que estuvo en el campo: “Es un jugador fantástico. Muy importante. Un interior completo, que tiene mucha intensidad y se mueve muy bien sin balón. Es distinto a los otros medios que tenemos. Para buscar huecos añade algo más a esta plantilla que tiene una calidad extraordinaria. Es extraño encontrar jugadores con ese tipo de calidad. Y es extraño encontrarlo con 20 años. Tiene posibilidad de mejorar, pero somos afortunados de tenerle con nosotros”. Respecto a las posibilidades tácticas que ofrece, Carlo fue explícito: “Para el sistema que hemos usado ante el Milan (4-4-2 en rombo), él será el número ‘diez’, si jugamos con un 4-3-3 será interior por la derecha. Para él, lo mejor es ser un ‘diez’ porque está cerca del área. Depende del sistema. Tenemos que esperar un poco para saber cómo va durante la temporada”.

Esa espera tiene una justificación, la posible llegada de Kylian Mbappé. Sin el francés en la pantilla, el Madrid está huérfano en ataque tras la marcha en los últimos años de Cristiano, Bale y Benzema. Por eso Ancelotti trata de convertir a este cisne blanco nacido en Birmingham y forjado en Dortmund en un tiburón que huela sangre y muestre su voracidad. El Madrid necesita gol y Carletto está revisando toda su pizarra para encontrarlo ya sea con las apariciones de mediocampistas como Valverde, autor de dos goles ante el Milan, en balones parados con el poderío de Rudiger, Joselu o Nacho, o reconfigurando a este elegante futbolista del que necesita que exhiba colmillo en sus apariciones en el área.

Mientras Ancelotti le reeduca para que mire la portería en lugar de buscar el último pase cuando llega desde atrás, Bellingham disfruta de estos primeros días como jugador del Real Madrid. “Cada momento es una gozada, es algo realmente divertido. Estoy disfrutando mucho de los compañeros y aprendiendo del cuerpo técnico”, confiesa un Bellingham al que se le adivinan más cosas de Kaká que de Cunningham, Owen o McManaman.