Visiblemente emocionado, decepcionado por no haber logrado el objetivo grupal del ascenso, pero feliz de haber acabado su carrera cuando él ha decidido y en el club de su corazón. Guillem Vallori se ha despedido esta mañana de la que siempre será su casa. El Kaiser cuelga la botas tras cuatro temporadas en las que lo ha dado todo por este club. Ingo Volckmann, presidente del Atlético Baleares, le ha agasajado con una camiseta que el ya excapitán del equipo siempre guardará en el recuerdo.

La rueda de prensa de su despedida ha venido acompañada de un sentimiento áspero. Vallori no ha renunciado a hablar sobre todo lo que ha rodeado a su persona durante los últimos meses y la polémica que ha surgido alrededor de la figura de Manix Mandiola. El central mallorquín, que desde un inicio se ha prometido "no llorar en un día así", ha reconocido que "no se ha tratado del final de Liga soñado". El defensa ha insistido en destacar que "los últimos cuatro meses de su carrera" no deberían "empañar" los últimos cuatro años en las filas del conjunto blanquiazul.

"Estoy feliz por haber podido acabar mi trayectoria aquí, en la isla, junto a mi familia, en este club que apostó por mí, pero también estoy triste por la parte que me toca, la de no haber podido disputar ningún minuto del play-off, pero sobre todo no haber podido conseguir el ascenso", ha resumido.

Sobre las tiranteces con el técnico vasco, con el que llevaba sin hablarse desde el inicio del confinamiento, Vallori ha asegurado sentirse "fastidiado y jodido", pero haber respetado el interés grupal sobre el suyo individual: "En ningún momento me he hecho notar en prensa, ni en redes sociales, ni en ningún lado. Asumí el rol que el entrenador quiso darme a partir del confinamiento. Estuve fastidiado y jodido, pero creo que levantar la voz, cuando el objetivo general es otro, no hubiera sido lo correcto. A veces hay que callarse, tragarse el orgullo y esperar a que esas personas desaparezcan de aquí".

Vallori ha querido aclarar que en ningún momento mantuvo ningún encontronazo con Manix durante la concentración del equipo en Marbella, pero sí ha explicado los motivos que llevaron a que su relación con el técncio se rompiera: "En el mercado de invierno vino Óscar Gil, el entrenador apostó más por él, aunque yo estaba jugando y estábamos arriba. Evidentemente a ningún jugador le gusta dejar de tener minutos, pero luego llego el confinamiento y nuestras posturas fueron totalmente diferentes en cuanto al ERTE que nos hizo el club. Manix pensaba que tenía que exigirle unas cosas y creo que en ese momento no fue nada empático con la directiva".

El futbolista de 38 años aseguró en una entrevista a IB3 Tv que tuvo que morderse la lengua en muchas ocasiones ante la actitud del cuerpo técnico del eibarrés, pero no ha querido entrar en detalles. "Como son personas que ya no pertenecen al Atlético Baleares, no quiero darles más bombo, ni a él ni a su cuerpo técnico. No tienen por qué ser provocaciones de él, pueden ser también de su cuerpo técnico. Les voy a dejar que sigan soltando bombas por donde quieran porque al final se les acabará descubriendo", ha señalado.

Ya para acabar, Vallori ha criticado las formas de Manix, asegurando que el preparador blanquiazul no fue capaz de "ir de frente" cuando la situación lo demandó. "No he tenido una charla personal con él desde hace muchísimo tiempo. La única charla que tuve con él son las que tuvo con el grupo. Yo soy entrenador de niños y en este confinamiento hablé absolutamente con todos, incluso con los que he tenido que decidir que esta nueva temporada no continúen. Tienes que ir de frente con todas las personas, ya sean personas o niños", ha zanjado.