"Cuídala, mímala mucho y, sobre todo, Nadia, no la dejes ser piloto, que es una profesión muy peligrosa". Jorge Lorenzo, ayer, el hombre más feliz del planeta Tierra, le dio un enorme beso a Nadia Tronchoni, periodista de El País, que lucía en sus brazos a su hija Olivia, casi más sonriente y feliz que el pentacampeón mallorquín, que acababa de cerrar su última conferencia de prensa tras 18 años en el Mundial de motociclismo. Y Lorenzo le dijo eso a Tronchoni, que le ha seguido por todos los países del mundo, porque, cinco minutos antes, había dicho orgulloso, relajado, "libre, muy libre", que "me voy contento, con éxito pero, sobre todo, entero, que es lo más importante".

Lorenzo, que venía de disfrutar de la despedida más impresionante que podía imaginar ("la verdad, no sabía que la gente me quería y apreciaba tanto, mis inicios, de niño, de joven, fueron muy duros e hice declaraciones en plan valiente para parecer más fuerte de lo que era"), aseguró que no puede elegir un momento con el que quedarse después de tantos años. "Es evidente que ganar cinco títulos, estar en el podio 152 veces, la mitad de las carreras que he corrido, y tener éxito, aunque mi último año ha sido como ha sido, debe ser la recompensa a tanto sacrificio y entrega", explicó.

Feliz por el éxito logrado

Lorenzo reconoció que "podía haber sido mejor, pero también podía haber sido mucho peor". Y, en ese sentido, si algo hubiese querido decirle a aquel niño que, con 15 años, empezó a correr en Jerez, hubiese sido "Jorge, chico, lesiónate menos, ves con cuidado, cáete menos", pero, lógicamente, ese peligro, esa tensión, esa presión, ese riesgo "forma parte de nuestra profesión y es por ello que ahora, que me siento feliz, exitoso y libre, debo reconocer que la mayor recompensa a todos estos años de lucha y carreras es estar entero y poder empezar una nueva vida con el cuerpo casi perfecto".

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Jorge Lorenzo, el niño prodigio del motociclismo

Lorenzo agradeció a todo el mundo el cariño recibido estos días. "Ha sido mucho, insisto, y he de reconocer que no me creía ser tan querido y reconocido pero, sobre todo, todo el mundo se ha dado cuenta de que aquel Giorgio que empezó con 15 años ha ido evolucionando como piloto y como persona y, al final, creo que todo el mundo ha terminado reconociendo mi esfuerzo por ser mejor dentro y fuera de la pista".

Vacaciones en Bali

El pentacampeón mallorquín, cuya despedida dentro del boxe del 'team' Repsol Honda, que, además, celebró en ese momento la conquista de la Triple Corona ("gracias a la gran temporada de Marc y mi granito de arena de vez en cuando"), fue dirigida por su compañero Marc Márquez, que fue el primero que lo elevó a hombros y coreó su nombre de pentacampeón. "Ha sido un año muy duro, cierto, pero lo he vivido rodeado de grandes personas y profesionales que han tratado de ayudarme a salir de mi crisis, aunque, al final, no ha podido ser lo bonito que habíamos pensado, tanto Alberto (Puig, director deportivo del equipo Repsol Honda) como yo, cuando firmamos el contrato".

Lorenzo se va, dijo, hoy mismo a Bali. "Allí los indonesios me quieren mucho, hay playa, hay sol, que es lo que más me encanta" y, además, reconoció que "he comprado billete de ida, pero no de vuelta, así que, si encuentro algo que me llena y me apetece, igual me quedo a vivir allí".

Y risas, la misma sonrisa que Olivia mostró mientras Lorenzo aconsejaba a Tronchoni, la misma. Ese fue el final deportivo de alguien que ha corrido 297 carreras, ganado 68, logrado 152 podios y conquistado cinco títulos mundiales. Toda una odisea y una de las carreras más brillantes de todos los tiempos.

Augusto Fernández

El mallorquín Augusto Fernández cruzó la línea de meta en sexto lugar en el Gran Premio de la Comunidad Valenciana que se disputó en el circuito Ricardo Tormo de Cheste, finalizando quinto en la clasificación final. Por su parte, el surafricano Brad Binder (KTM) sentenció el subcampeonato del mundo de Moto2 con una victoria y en el que el ya campeón del mundo Álex Márquez (Estrella Galicia 0'0 Kalex) se fue al suelo cuando estaba protagonizando una gran remontada. Márquez salió desde la decimoquinta posición y en apenas un par de vueltas era séptimo, si bien llegó a ocupar la quinta posición, pero un error en la curva once le hizo rodar por los suelos pero, todo pundonor, recuperó su moto y acabó la carrera, que se vio recortada de las 25 vueltas iniciales a solo dieciséis, en la última posición. Brad Binder superó en el decimotercer giro a Luthi, imprimió un ritmo un poco mayor y logró la ventaja en metros suficiente como para certificar la victoria en Valencia y con ello el subcampeonato mundial. El helvético se tuvo que conformar con la segunda plaza y el tercero en el mundial. La quinta plaza final fue para Jorge Martín, por delante de Augusto Fernández y de Xavier Vierge.