De infarto. El partido de Son Moix fue no apto para aficionados con problemas de corazón. Un encuentro que el Palma Futsal pudo ganar con holgura acabó resolviéndose a catorce segundos del final. Molina, los palos y la falta de puntería llevaron al límite a los palmesanos ante una afición que mostraba su resignación al no ver plasmada la superioridad de su equipo en el electrónico. Miguel Fernández sacó petróleo y obligó a una remontada final para otro final memorable con los goles de Catela y Tomaz

No era un partido sencillo porque la presión estaba del lado balear. La necesidad de ganar y, sobre todo, en casa, donde el equipo tiene que recuperar los puntos que se ha dejado en el camino y hacer buenos los que consigue fuera. Y ganar pasaba por saldar la cuenta con el gol. Los primeros compases trascurrieron con el guion previsto. El PalmaTras los primeros minutos de tanteo las ocasiones comenzaron a llegar. Hamza tuvo la primera ocasión clara pero su disparo se fue pegado al palo.

Nico fue un seguro bajo palos en las contadas ocasiones en las que se acercaron a su área. El Palma tuvo más y mejores ocasiones en el primer periodo. Rafa López gozó de una doble ocasión que desbarató Molina. La acción de la noche la firmó Raúl Campos de la portería valenciana. El gran problema de los palmesanos en este arranque de temporada es la falta de puntería y el acierto en los metros finales, un mal que les ha costado puntos y sufrimiento y que no premia su juego.

De hecho, se repitió la historia de casi todas las jornadas anteriores. Nada más comenzar la segunda parte, el Peñíscola sorprendió a la defensa local y marcó el primer tanto en un certero remate de Miguel Fernández. Otra vez tocaba jugar a contracorriente y remontar para sacar un buen resultado. Mati Rosa se subía a la silla de la grada de la impotencia de no poder ayudar al equipo. Igual que Eloy Rojas Y, entre los dos, Diego Quintela, que sigue con muletas todavía. Es la estampa que tenía el Palma Futsal en la grada y que le priva de una importante cantidad de talento.

Claudino tuvo el segundo para los visitantes pero Nico Sarmiento hizo una de las paradas de la noche. El Palma se volcó al ataque. No quedaba otra. Raúl Campos lo intentó en varias ocasiones con jugadas personales y Catela lanzó una volea que mandó pegada a la escuadra. Por la derecha, por la izquierda, desde cualquier ángulo buscó la fortuna el equipo balear sin éxito. No había forma de igualar el partido pese a que las ocasiones eran constantes.

Los minutos pasaban y entraba el nerviosismo en la grada. En la pista, los jugadores no perdían la paciencia. Ambos equipos alcanzaron la quinta falta con poco más de cinco minutos para el final. Le costó un mundo al Palma Futsal marcar pero lo consiguió en una jugada que inició Sarmiento y que Catela tocó para meter el tanto del empate y subir los decibelios de la grada, que se liberó de la impotencia contenida hasta el momento.

Apenas cuatro minutos por delante para ganar. Máxima emoción hasta el final. Ambos equipos apostaron por jugar con portero-jugador. Vadillo no se conformaba con el empate. Xavi Cols tuvo el gol para los visitantes en una de las jugadas que no finalizó el Palma. Todo estaba abierto. LoloEl fútbol sala no podía ser tan injusto. Y no lo fue. Cuando todo parecía condenado al empate llegó el final soñado, el colofón perfecto. Y el más justo. Tomaz enganchó el balón desde la frontal y marcó el gol de la victoria a catorce segundos del final. Éxtasis y locura en el Palau.