El baloncesto es un deporte imprevisible. A muchos les gusta porque hasta el último momento puede pasar cualquier cosa, porque es una caja de sorpresas. Después de ver el primer cuarto, pocos podían imaginar un final como el que se dio ayer en Son Moix. Y cuando a mediados del tercer período el marcador reflejaba un 39-61 casi nadie podía esperar que el B the travel brand tuviera en sus manos la última posesión para ganar el partido ante el Palencia. Los encuentros duran cuarenta minutos y, si se quiere obtener la victoria, hay que jugar bien durante el mayor tiempo de los mismos.

El B the travel brand salió a pista muy concentrado. Durante el primer cuarto se mostró superior al Palencia. Anotaba con facilidad a partir de bloqueos directos bien leídos por Hernández. Alonso, como de costumbre, rotaba el banquillo para conseguir intensidad. Los castellanos buscaban correr, pero tenían dificultades a la hora de defender los bloqueos que los mallorquines les presentaban. Lo más negativo, el pobre porcentaje de triples (1/5).

En el inicio del segundo período la película cambió de guion. El Palencia despertó y ajustó mejor su defensa. Los isleños se mostraban desacertados en los lanzamientos (1 de 8 en triples) y en demasiadas ocasiones hubo problemas a la hora de mover el balón y encontrar situaciones claras para poder anotar, abusando de las penetraciones. A falta de dos minutos para llegar al descanso el Chocolates Trapa adelantó por primera vez en el marcador al equipo de Palma (28-30). Se llegó al descanso con un 30-37, que provocó algún murmullo en la grada.

Empezó el tercer cuarto y el B the travel brand, lejos de mejorar, empeoró. El equipo no funcionaba ni en ataque ni en defensa. Los palentinos castigaban con rápidos contrataques las pérdidas y la poca clarividencia ofensiva. Félix Alonso intentaba poner remedio con cambios y con tiempos muertos, pero nada funcionaba sobre la cancha. Cuando el electrónico señalaba en el minuto 5 un -22 (39-61), muchos espectadores daban el partido por perdido. Y sucedió lo inesperado. El Palma se entonó, fue más agresivo y empezó la remontada.

Comenzó el último período con un marcador que dejaba un atisbo de esperanza (54-66). En dos minutos los mallorquines, con un acierto que no habían demostrado hasta el momento, se acercaron (63-66) al rival. El milagro era posible. El partido se convirtió en un duelo muy igualado. Los locales derrocharon pundonor, acertaron desde la línea de tres y se acercaron, pero nunca superaron. El último minuto fue un cara o cruz. A falta de ocho segundos, Larsen falló dos tiros libres. El B the travel solo perdía de uno y tenía la pelota para ganar el encuentro, pero esta última posesión no se jugó bien, no se pudo lanzar y se perdió.