El Atlético Baleares está deseando que este 2019 no se acabe jamás. Todavía no sabe lo que es perder este año, una gesta de la que tan solo pueden presumir el Barcelona, en la Primera División, y el Recreativo de Huelva, en el grupo cuarto de Segunda B. Son once jornadas que han ido llenando de autoestima a un grupo que se niega a doblar la rodilla y que solo piensa en ir a más.

Los de Mandiola, desde que perdieron en Lleida (3-2) en la despedida de 2018, han logrado seis victorias y cinco empates, unos guarismos que le han valido para pasar de la cuarta plaza, a cinco del entonces líder, que era el propio conjunto catalán, a ser los primeros de pleno derecho. La brillante victoria del pasado domingo ante un rival directo como el Villarreal B del pasado domingo en el ya mágico Son Malferit (1-0), ha supuesto dar un golpe sobre la mesa y enviar un mensaje al resto de la competición.

El caso del Barcelona no es comparable porque está obligado a conquistar la Liga, pero los Messi, Piqué y compañía han logrado nueve triunfos y dos empates y son más líderes si cabe porque ahora aventaja al Atlético en diez puntos, cuando a final de año solo eran tres.

El Recreativo de Huelva, por su parte, ha conquistado ocho triunfos y tres empates, que le han valido para pasar de la séptima posición, a cinco puntos del play-off de ascenso y a nueve del líder Cartagena, a ponerse segundo, a cinco de los murcianos. Es un ejemplo similar al de los balearicos, pero los de Mandiola están teniendo mayor premio, al menos de momento.

Justo cuando hay que elevar las prestaciones, los blanquiazules dan mucho más de sí mismos. Por eso llevan un año tan bueno y que puede deparar todavía más alegrías. O en eso están en el vestuario. Se están mostrando como un bloque sólido, sin fisuras atrás y con la suficiente pegada para desnivelar la balanza, como sucedió ante los catellonenses con el milagroso tanto, uno más, de Hugo Díaz.

No obstante, la mejora de la zaga también viene porque el equipo está actuando con mucha intensidad y dificultando la salida de balón de los rivales, que tampoco les crean las mismas ocasiones que en la primera vuelta. 2019 empezó con una victoria de prestigio ante el Hércules, rival directo en la lucha por el ascenso, y continuó con dos empates ante el Castellón y Alcoyano (0-0). Después goleó al Ejea (4-1) e igualó en Sabadell (0-0). Las victorias ante el Peralada (1-0) y Conquense (0-1) ayudaron a ilusionarse. Y justo cuando el calendario se empinaba, el Atlético Baleares dio la talla de verdad. Porque tumbó al Barcelona B en casa (1-0), arrancó dos empates de feudos complicados como el del Olot (0-0) y Ontinyent (1-1) y venció al filial del Villarreal (1-0). Ahora es líder con cuatro puntos de ventaja sobre los amarillos. Todo un tesoro a falta de nueve partidos. Toca resistir como sea. El play-off será otra historia.