"Hijo de puta", "sinvergüenza", "cabrón", "inútil" o "te mataré" son algunos de los insultos y amenazas que sufrieron los árbitros del partido entre el Gasifred de Ibiza y el Muro, correspondiente a la duodécima jornada de la Tercera de fútbol sala, por parte de algunos jugadores y del delegado del equipo mallorquín, según ha quedado recogido en el anexo del acta del encuentro, jugado el pasado sábado en el pabellón de sa Blanca Dona. En el documento también se relata que los colegiados, José Luis Fernández Cardona, Antonio Daniel Fernández Cardona y Leonardo Sánchez González, llegaron a temer por su "integridad física" y suspendieron el choque.

En el escrito añadido al acta, al que ha tenido acceso Diario de Ibiza, del mismo grupo editorial que Diario de Mallorca, se explica que el partido se suspendió "de manera definitiva en el minuto 36 y 30 segundos [con 2-1 en el marcador] debido a los incidentes ocurridos durante la celebración del mismo y a la negativa del equipo visitante, Eléctrica CIEM-Muro Futsal, de continuar con el encuentro al abandonar las instalaciones deportivas".

El choque se empezó a complicar para los colegiados con las expulsiones de tres jugadores del Muro: Javier Martínez León, Tomás Eusebio Navarro Ramos y Julio Peralta Millán. Los tres, según el acta, se fueron a la grada a seguir el encuentro, desde donde los dos últimos se dirigieron «al equipo arbitral de manera continuada» con «insultos y amenazas».

La sanción a Peralta provocó las quejas de varios compañeros y del delegado del equipo, que ejerce también de entrenador, Cristóbal Seguí Crespí, que también fue expulsado. Tras negarse al principio a abandonar el terreno de juego, Crespí se situó luego "en la entrada del túnel de vestuarios" y se dirigió "de manera continuada al equipo arbitral con insultos y amenazas".

Tras varias amonestaciones a jugadores del conjunto mallorquín e interrupciones del partido durante periodos de cinco y dos minutos, los árbitros expulsaron también al jugador visitante David Vargas Gil.

Los ánimos de los integrantes del equipo mallorquín se encendieron aún más y los jugadores expulsados y el delegado, según se relata en el anexo, "invaden el terreno de juego" e impidieron que el partido se pudiera reanudar. En el documento se añade que Cristóbal Seguí animó a los futbolistas "a abandonar" la pista y "a no continuar disputando el encuentro".

En ese momento, los árbitros decidieron interrumpir "momentáneamente" el partido, pero todavía dentro del campo los colegiados fueron increpados.

Detalle de los improperios

Uno de los señalados en el anexo del acta arbitral es el futbolista Tomás Eusebio Navarro Ramos, que según figura en el documento se dirigió al árbitro principal, José Luis Fernández Cardona, "visiblemente alterado y en actitud agresiva y amenazante". Se explica, incluso, que se llegó a encarar con el colegiado y que lo empujó, además de hablarsle en los siguientes términos: "¡Hijo de puta, eres un hijo de puta. Te vas a enterar, desgraciado, cabrón!", se detalla en el acta que dijo el jugador. También se le acusa de levantar el brazo con la amenaza de agredir al árbitro, "teniendo que ser sujetado y apartado por varios miembros del equipo local y del visitante".

En el anexo del acta arbitral queda reflejado, por otra parte, que el jugador visitante Julio Peralta Millán insultó y amenazó al asistente, Antonio Daniel Fernández Cardona: "¡Sinvergüenza, hijo de puta, no tenéis ni idea. Os vais a enterar... Desgraciados, esto no va a quedar así¡", dijo, según el acta, el futbolista, que tuvo que «ser separado por uno de sus compañeros».

También se relata que "varios jugadores visitantes no identificados" increparon al juez de mesa, Leonardo Sánchez González. Al que sí se identifica como autor de insultos al árbitro asistente es a Cristóbal Seguí Crespí. "¡Beneit, tros d'ase, inútil, et mataré, fill de puta, vergonyós", se refleja en el anexo, en el que también se dice que tuvo que ser "separado y alejado por uno de sus jugadores (Javier Martínez León, al que los árbitros agradecen su intervención para calmar la situación)".

Como los insultos y amenazas por parte de miembros del Muro no cesaban, los colegiados solicitaron presencia policial al delegado del campo y se retiraron a su vestuario para protegerse. Antes de que llegara una pareja de agentes de la Policía Local los miembros del Muro ya habían abandonado el pabellón, por lo que se suspendió el partido.