Los graves sucesos acaecidos en la mañana del pasado domingo en el campo municipal del Alaró, durante el transcurso del partido de infantiles entre el conjunto local y el Collerense, acabarán en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJIB). Así lo ha decidido esta noche la Comisión Antiviolencia de la Federación de Fútbol de las Islas Baleares (FFIB).

Según el acuerdo adoptado tras una reunión de urgencia, la Comisión Antiviolencia, presidida por Llorenç Salvá, también estudiará la posibilidad de personarse en el procedimiento judicial penal o administrativo abierto como consecuencia de los hechos, señala un comunicado.

Asimismo, informará de los incidentes ocurridos a la Delegación de Gobierno de Baleares y abrirá "un periodo de análisis" con el objetivo de proponer medidas de carácter preventivo para erradicar la violencia en el fútbol, así como el racismo y la xenofobia.

La grave pelea se ha saldado, además, con siete denuncias presentadas en la Guardia Civil. Tres de ellas corresponden al Alaró y cuatro al Collerense, dos de estas con un parte de lesiones de dos jugadores del equipo del Coll.

Los actos vandálicos, que han tenido repercusión mundial, se produjeron en el minuto 60 del citado partido de categoría infantil, a veinte de la finalización, cuando un jugador del Alaró -equipo que ya había sufrido la expulsión de un jugador y de su entrenador Tomeu Roig-, sin el balón en juego, perseguía a un rival con la intención de propinarle patadas en la espalda. En ese momento fue cuando el padre de un compañero del agresor saltó al terreno de juego con la intención de, según las fuentes consultadas, frenar al jugador local e intentar poner paz. Pero desde la grada, ocupada básicamente por familiares de los jugadores de ambos equipos, no se entendió así. Creyeron que las intenciones del adulto que entró al terreno de juego eran las de agredir al jugador del Alaró. Fue cuando se montó la trifulca en la grada, que acabó con varios heridos leves y con más de un susto, como el de una mujer que, con su hijo de cuatro años en sus brazos, acabó en el suelo por un empujón. En las imágenes que han dado la vuelta al mundo se observa a un jugador del Alaró, con el dorsal número 4, que agrede de una patada a un hombre que se halla tendido en el suelo.

Que el partido llegó con tensión al momento de la expulsión lo atestigua que el colegiado del partido, Jesús Alfonso, refleja en el acta que, media hora antes de la suspensión, ordenó al delegado de campo, sin éxito, que acudiera asistencia policial.

El día después de la barbarie fue de reuniones y lamentos por lo sucedido. La Comisión Antiviolencia de la Federación Balear de Fútbol, que preside Miquel Bestard, abordó el problema. Este organismo solo tiene carácter informador, no sancionador, y trasladará el tema a la Delegación de Gobierno, que tiene potestad para sancionar a civiles, ya sea económicamente o por vía penal.

El Comité de Competición de la Balear se reúne este miércoles. Concede dos días de plazo a los equipos para que presenten alegaciones con el objetivo de no incurrir en indefensión de los afectados. Lo que sí se da por hecho es que Competición clausurará tanto el campo del Alaró como el del Collerense como medida ejemplar, aunque se desconoce el tiempo que se prolongará el castigo.

Los presidentes del Alaró y Collerense, Llorenç Guardiola y Tolo Verd, respectivamente, se pusieron en contacto ayer y, en una primera conversación, decedieron emprender acciones de forma conjunta para "ayudar a eliminar la lacra de la violencia" en el deporte. Tanto Guardiola, que se encontraba fuera de la isla en el momento del partido, como Verd, lamentaron los incidentes y que sus equipos sean noticia por hechos tan lamentables.