Rafel Nadal se despidió del Abierto de Estados Unidos tras un partido épico. En cinco sets y tras más de cuatro horas de partido ante el joven tenista francés Lucas Pouille, de 22 años y 25 del mundo, por 1/6, 6/2, 4/6, 6/3 y 6/7(6).

El partido fue memorable. Una batalla de principio a fin que se resolvió a favor del jugador que al final supo mantener el temple en los momentos clave del encuentro. Y ese, sorprendentemente, fue el galo, que se sobrepuso a la experiencia de su rival con un tenis preciso, voleas espectaculares y un revés que hizo mucho daño al de Manacor.

Nadal comenzó fatal. Pouille, la gran promesa, ya realidad del tenis francés, le pasó por encima. El primer set fue un visto y no visto. Un 6/1 a favor del galo que no apuntaba a nada bueno para el mallorquín. Pero este reaccionó en el segundo y le pagó a su rival con la misma moneda. Un 6/2 incontestable y con mensaje incluido. Si Pouille le quería ganar debería dar lo mejor de sí mismo y un poco más. En el tercero Pouille se recuperó y aprovechó una pérdida de servicio de Nadal para llevarse el set. De nuevo tomaba ventaja. Nadal estaba sobre el alambre. No podía fallar. Cualquier error podía resultar fatal para sus intereses.

En el cuarto volvió la mejor versión del mallorquín para apuntárselo por un claro 6-3 que dejaba las cosas para que se decidiera en un quinto y definitivo parcial. Y no pudo empezarlo de la mejor manera el de Manacor, rompiendo el servicio de su rival, a quien parecía que le empezaban a superar los acontecimientos. El set fue avanzando con ambos jugadores conservando el servicio, con más facilidad el francés, pero con solvencia también el número 5 del mundo.

Nadal, campeón en Nueva York en 2010 y 2013, perdió el servicio en el octavo juego y se fueron a la muerte súbita. Nadal empezó rompiendo, pero Pouille se anotó los siguientes cuatro puntos. Que iban a resultar definitivos pese a la reacción de Nadal, que no se dio por vencido hasta la última pelota. Del 4-1 se pasó al 4-3. Pouille se anotó los dos siguientes para disfrutar de tres pelotas de partido que apuró. Nadal igualó a seis. Pero hasta ahí llegó. Con todo a favor para ponerse por delante con servicio de su rival, tiró una pelota a la red. La siguiente, la quinta para el galo, fue la definitiva.