"Supongamos que en pocos años todos los niños están alfabetizados en ajedrez. Solo con que el cinco por ciento de esos niños quisieran ser ajedrecistas deportivos, ya tendríamos muchos más de los que hay en la actualidad. Pero me interesa más el otro 95 por ciento porque de ahí saldrán alcaldes, profesores o periodistas que estarán mucho más sensibilizados con esta actividad. Y sobre todo estaríamos contribuyendo a mejorar la educación de nuestros hijos". Este es uno de los puntos de partida de la conferencia que impartió ayer el ajedrecista y periodista especializado Leontxo García en La Salle.

La charla estaba enfocada a persuadir a padres y docentes de los beneficios de enseñar ajedrez a los niños en la escuela. "Los chavales que aprenden ajedrez educativo desarrollan más su inteligencia, incluyendo la emocional, que los que no lo aprenden. Y mejoran su rendimiento académico en matemáticas y comprensión lectora", subrayó García.

El divulgador enfatizó que la misión de extender esta actividad en el colegio no es crear un ejército de jugadores: "El 11 de febrero ocurrió un milagro: todos los partidos políticos apoyaron que el ajedrez fuera una herramienta pedagógica. Sin embargo, en horario lectivo el objetivo jamás debe ser crear jugadores, sino enseñar a pensar y desarrollar la inteligencia".

García se mostró partidario de introducir el ajedrez a edad muy temprana, entre uno y cinco años, y citó experiencias de éxito en varios centros escolares. No se trata de que compitan jugando partidas, sino de que aprendan los movimientos de las piezas y se anticipen a alguna jugada. Con unos conocimientos básicos, defendió el periodista, los alumnos experimentan una notable mejoría en cursos posteriores.

El conferenciante, autor del libro divulgativo Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas, quiso derribar dos tabúes sobre esta práctica. "No tiene ninguna base sólida decir que el ajedrez es aburrido. Ni tampoco la tiene decir que es solo para personas muy inteligentes. Para disfrutarlo basta con saber unas nociones elementales de estrategia", destacó este especialista en una animada charla.

García recordó que los beneficios de esta actividad, de más de 1.500 años de antigüedad, se extiendente hasta la vejez: "Es el mejor gimnasio para la mente. Y está demostrado que retrasa el Alzheimer".