Tras los festejos del fin de semana por el ascenso conseguido, la plantilla del Llosetense regresó ayer a la rutina. Los jugadores se incorporaron a sus trabajos habituales y a las seis de la tarde estaban citados en el campo de fútbol para realizar una sesión de entrenamiento. "Para hacer unas risas", comentaron algunos jugadores, que también eran conscientes de que había previstas una serie de reuniones de la directiva con el cuerpo técnico y con los componentes de la plantilla. Por la noche estaba previsto que el club celebrar una cena con todo el equipo.